jueves, 3 de diciembre de 2015

Tesis doctoral. Tercera Instancia Cognitiva. Referencial Metodológico del Proceso Cognoscente





TERCERA INSTANCIA COGNITIVA

REFERENCIAL METODOLÓGICO DEL PROCESO COGNOSCENTE

Naturaleza de la Investigación

Estructurar miradas comprensivas sobre los contextos sociales y organizacionales en su devenir, convoca el desarrollo de posturas que integren los factores que inciden relacionalmente en su configuración, en atención a los dinamismos económicos, políticos, culturales y sociales de la contemporaneidad. Este desafío motiva a indagar reflexivamente sobre la praxis gerencial en contextos socio-económicos locales, comprendidos como poco favorables para la inversión privada, lo que propicia la aproximación de aportes teóricos en atención a dilucidar estrategias y otros entendimientos menos tradicionales, para la sostenibilidad y viabilidad de las organizaciones empresariales dedicadas al sector servicios en el estado Lara, en las realidades gerenciales construidas desde las interpretaciones de los actores sociales que las vivencian, develando significados y sentidos compartidos, a nivel de la alta gerencia de los actores sociales participantes en la investigación.
Por consiguiente, esta investigación de naturaleza cualitativa, se enfoca en develar los sentidos y significados que le atribuyen los actores sociales al fenómeno indagado, para generar  una aproximación teórica acerca de la praxis gerencial en el contexto en referencia. Sin embargo, requiero plasmar mi particular transitar interpretativo en cuanto al abordaje de la situación problematizada, pues fui formado a nivel académico-científico en la rigurosidad de las matemáticas, de la exactitud, del determinismo como manera de entender la ciencia, aunque ahora evidencio una apertura paradigmática que deseo exponer en la presente investigación. En torno a ello, es necesario acotar inicialmente que la tradición positivista como constructo de la realidad, desde la explicación de lo real, ha dominado la escena investigativa por un prolongado período de tiempo, vista la aceptación consensuada en el campo de la investigación científica, del criterio de replicabilidad de los fenómenos estudiados como elemento de validez y confiabilidad, configurando el fundamento para hacer ciencia, con base en evidencias observacionales y estadísticas de accesible verificación, lo cual se considera atributo de las ciencias naturales, que surgen como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados, de los que se deducen principios y leyes generales.
Por esto, la tendencia desde estas posturas o adscripciones a obviar los abordajes de tipo filosófico en la generación de conocimiento, pues lo cuantificado se convertía en suficiente modelo para explicar y transformar, si fuere el caso, el entorno del investigador. Sin embargo, en el campo de las ciencias sociales (a diferencia de las ciencias naturales) existían y existen dicotomías e incomprensiones entre la teoría así formulada y lo experiencial, pues el componente humano juega con su libre albedrío como refiere Ugas (2011), para tener, hacer y ser, según su lógica, ilógica y alógica, de acuerdo a su propia identidad y el ambiente social que le rodea cultural y vivencialmente, en aras de su búsqueda de sentido. En consecuencia, considero que la episteme positivista se encuentra en alguna manera limitada en el abordaje de lo social, por dejar de lado la intencionalidad, la auto-reflexividad y la creación de significado, inherentes al Ser, tal como expone Rusque (2003).
Habida cuenta de los horizontes existentes, requiero estructurar el andamiaje cognoscente desde la conceptualización del conocimiento, adentrándome cognitivamente a nivel de lo ontológico, dimensión que convoca la designación de la metafísica substancialista que tiene por objeto aprehender, bajo las apariencias, a la cosa en sí. En lo esencial, la ontología, que es la investigación de lo absoluto, es, evidentemente el último fin de toda la filosofía. A los propósitos de la presente investigación, comprende la naturaleza del mundo que es vivido por los actores sociales, donde crean y recrean sus sentidos y significados.
Al respecto, para conocer la postura asumida por el sujeto con respecto a la naturaleza de la realidad, conviene citar a Descartes (1637), quien propone que no es el “Ser” sino la “Razón” lo que suscita el pensamiento, de allí la postulación de la primera verdad absoluta de la filosofía moderna: “pienso, luego soy” (p. 52), convirtiéndose en el fundador de la epistemología moderna. Luego, Immanuel Kant (1787), afirma que la metafísica se ocupa de conceptos a priori, o sea, todo conocimiento que debe ser tenido como absolutamente necesario, cuyos objetos correspondientes pueden ser dados en la experiencia, lo que significó una epistemología que permitía encarar problemas metafísicos al entender la fuente y los límites del conocimiento. Sobre ello, difiere Fichte, según Sandín (2003), quien no acepta el argumento kantiano sobre la existencia de los “noumena” o “cosas en sí” y por tal, la conciencia no tiene su fundamento en el llamado “mundo real” sino en las cosas “tal y como se nos representan”. En cuanto a las corrientes que de Kant se derivan, Sandín (op. cit) expone:

los filósofos europeos se inscriben en dos grandes corrientes que se desenvuelven de forma paralela: el empirismo que defiende como forma de conocimiento la comprobación minuciosa de los hechos naturales mediante la observación y el racionalismo que propugna que el criterio de verdad no es sensorial, sino intelectual y deductivo. (p. 4).


En cuanto a lo social, surge la investigación cualitativa como la episteme que permite comprender el conocimiento, no como la aprehensión lineal de una realidad dada, sino como señala González Rey (2006) “una construcción, una producción humana, deviniendo en las zonas de sentido como aquellos espacios de inteligibilidad que no agotan la cuestión que significan, sino que, por el contrario, abren la posibilidad de seguir profundizando un campo de construcción teórica” (p. 5). Sucede pues, que el sujeto cognoscente que aborda esta realidad social debe decidir cómo introducirse en ella, pues según Morse (2003) “el laboratorio de investigación es la vida cotidiana y a ésta no puede metérsela en un tubo de ensayo, prenderla, apagarla, manipularla o echarla por una alcantarilla” (p. 4), se debería vivenciar y construir sobre ella. 
De allí, la dificultad en conocer sobre las relaciones y el comportamiento humano bajo la rigurosidad del método científico, pues al asumir este enfoque, se presentan anomalías, vista la impredecibilidad recurrente que se comprende desde el uso del libre albedrío como esencialidad del hombre. En tal sentido, Kuhn (1971),  planteaba que “las violaciones a aquello que es esperado atraen cada vez más la atención de una comunidad científica debido a la crisis que representa el fracaso repetido en el intento de hacer que una anomalía pueda ser explicada” (p. 15), y en el campo de las ciencias sociales, son característicos los “hallazgos” sin sentido que asoman desde la objetividad en la descripción y explicación, al no dar cuenta del sentido interpretativo que los actores sociales pudieran atribuir a determinado fenómeno en estudio. En razón a lo anteriormente expuesto, evidencio un salto del abordaje cuantitativo al cualitativo a efectos de la conducción de la presente investigación, sin desmerecer la importancia, vigencia y los invaluables aportes que el positivismo, como manera de hacer ciencia, ha significado en el avance del conocimiento.
Sobre estas consideraciones de hacer ciencia, Thomas Kuhn sustenta el constructo “paradigma”, lo cual supone una revolución en la consideración de la ciencia, al aceptarse cierta ambigüedad al incluir en el discurso, la noción de relativismo. A tal respecto, refiere Sandín (op. cit.) que “en la producción del conocimiento científico, no solo intervienen elementos intelectuales, lógicos y racionales sino que se halla determinada por factores actitudinales, afectivos, sociales y políticos” (p. 8). Se hace pertinente entonces, un abordaje que permita significar los aspectos inherentes a la epocalidad de la configuración y aceptación consensuada de ciertos postulados científicos, para comprender la carga cognitiva societal de determinados períodos históricos y presentes, que en este caso refiere a la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano, vista desde las empresas de servicio en el estado Lara.
Siendo así, González Rey (op. cit) afirma que la investigación cualitativa orientada a estudiar la producción de sentido subjetivo del sujeto, y la forma de articulación con los diferentes procesos y experiencias de su vida social, debe aspirar a hacer del espacio de investigación un ámbito de sentido que implique a la persona estudiada. Considero que existe integralidad en lo planteado, ya que el instrumentalismo ingenuo que carece de significado para las personas a quienes se aplican, obviando el escenario social en los que se realiza el estudio, atenta contra la identidad personal y social, así como las articulaciones y símbolos por ellos compartidos, lo cual podría configurar desde la perspectiva de Morin (op. cit), una mirada parcial de lo real, no volumétrica, no holográfica, para los contextos de investigación anclados en paradigmas emergentes.
En esta línea argumentativa, Covey (1989) conceptualiza el término paradigma como proveniente del griego, originalmente científico y que en la actualidad se utiliza con el sentido de modelo, teoría, percepción, supuesto o marco de referencia. De esta forma, el paradigma representa una visión de “mundo” que define para quien lo posea: la naturaleza de éste, la posición que el individuo ocupa en él y el tipo de relaciones posibles en ese mundo y sus componentes. Complementariamente, Sandín (op.cit) acuña el paradigma como la unidad más general de consenso dentro de una ciencia, constituyendo una visión del mundo compartida por un grupo de personas, atribuyéndose así, un carácter socializador.
Por su parte, Guba y Lincoln (1992), plantearon que las creencias básicas que definen un paradigma desde el ámbito de la investigación, pueden ser resumidas de acuerdo a las respuestas dadas a tres preguntas fundamentales: Pregunta ontológica: ¿Cuál es la naturaleza de lo cognoscible?, más aún, ¿Cuál es la naturaleza de la realidad social? Pregunta epistemológica: ¿Cuál es la naturaleza de la relación entre el que conoce y aquello que puede ser conocido? o ¿Cómo se conoce? Pregunta metodológica: ¿Cómo debería proceder el investigador para descubrir lo cognoscible? conformando una propuesta que propugna la existencia de diferentes realidades como construcciones sociales de los individuos, considerando la interacción entre lo observado y el observador.
Se trata desde luego, de apropiarse del estado del arte en aras de hacer inteligible la manera como los investigadores han definido y/o alterado el conocimiento epocal, para cuestionar y forzar crisis ante paradigmas que no permitían comprender el mundo en su justa dimensión ni dar las contestaciones requeridas en el ámbito que inquieta al investigador. Seguidamente, dar respuesta a los interrogantes anteriores presupone, según Sandín (ob.cit), la asunción de determinados postulados ontológicos, lo que a su vez conllevaría cierta epistemología, condicionando así las opciones metodológicas, en una síntesis articuladora. Desde allí, Piñero y Rivera (2013), plantean que “la calidad de un trabajo de indagación se puede evaluar revisando la coherencia interna con la cual operó el investigador en torno a los límites que le impone el encuadre epistemológico” (p. 22), permitiendo distinguir entonces, que la validez o legitimidad del conocimiento científico así constituido requiere la rigurosidad, en cuanto a la correspondencia ontológica-epistémica-metodológica conocida también como matriz epistémica, que configuran la coherencia interna de las diversas perspectivas epistemológicas que pretenden explicar y/o comprender cómo conocemos lo que sabemos.
Por ello, la epistemología es etimológicamente entendida como aquel conjunto de saberes que tienen a la ciencia (naturaleza, estructura, métodos) como su objeto de estudio. Es la teoría del conocimiento que trata sobre cómo se conoce la realidad, cómo es la naturaleza del conocimiento y las posibilidades de conocer, cómo se construye el “corpus” del conocimiento, la “ciencia”, la legitimidad y credibilidad del conocimiento y  las vías que llevaron a su configuración. También, trata sobre cómo pensó el sujeto su pensamiento acerca del objeto y de sí mismo, en el acto de pensar. Procedo a señalar entonces que, la gerencia se ha estudiado tradicionalmente desde posturas clásicas, de carácter positivista, factual, de fuerte arraigo cuantitativo en cuanto a la creación de valor para el accionista, basado en la búsqueda de la rentabilidad, desmereciéndose así la perspectiva complementaria de la gerencia en cuanto a su impacto en las transformaciones sociales y el devenir del Ser en contextos socioeconómicos menos favorables al sujeto.
Ahondando en lo epistémico, Crotty (1998) logra identificar tres perspectivas fundamentales: el objetivismo, el construccionismo y el subjetivismo. En Sandín (op. cit.) se establece que:

El objetivismo percibe la realidad y el significado de la realidad como independientes de la operación de ninguna conciencia sobre ellos, mientras que en el subjetivismo aparecen formas de pensamiento estructuralista, posestructuralista y posmodernas, donde el significado no emerge de una interacción entre el sujeto y el objeto, sino que es impuesta por aquél sobre éste y, de esta manera, el objeto no realiza ninguna contribución a la generación de significado. (p. 48).
Por su parte, del análisis epistemológico de la línea socio-construccionista se opta por enunciados científicos que son asumidos como construcciones pertinentes para comprender la realidad, partiendo de la premisa: no existe una verdad objetiva esperando ser descubierta, pues el significado no se descubre, se construye. Según palabras de Gómez, Latorre, Sánchez y Flecha (2006) ésta “es una construcción social que depende de los significados que las personas les atribuyen, es decir, la realidad no existe como algo externo, sino como una construcción de las personas que queda en la conciencia” (p. 19).
De tal argumentación, concibo que así como existe una sociedad múltiple, plural, que se construye día a día mediante la interacción de sus integrantes, en concordancia, también existe una realidad múltiple y plural. Se asume que diferentes personas puedan construir diversos significados en relación a un mismo fenómeno. En cualquier caso, quienes investigan tienen como propósito el interpretar y comprender el mundo social de las personas estudiadas y los significados que ellos le atribuyen a ese mundo.
Además, el construccionismo recoge algunas de las críticas planteadas al enfoque positivista (objetivista), al distinguir la complejidad de las relaciones sociales; De ahí que, una vez congregados todos los elementos que pueden afectar al objeto de la investigación, se lleve a cabo un determinado abordaje de la realidad que deviene del acto comprensivo del discurso de los actores sociales que vivencian esa mirada, pues el investigador se constituye en intérprete que busca interpretar las interpretaciones que los actores sociales hacen de su mundo, comprendiendo cómo lo significan, por ello, esta investigación versa sobre el sentido que le atribuyen a su praxis, los gerentes de empresas de servicios del estado Lara, en el contexto socio-económico venezolano, país donde se han establecido políticas macroeconómicas que representan grandes desafíos a nivel empresarial.
Por esto, al buscar la interpretación y comprensión de la ideográfica realidad social, y no su explicación, Gómez, Latorre, Sánchez y Flecha (op. cit.) señalan que “se dan situaciones donde no es relevante la relación causa-efecto, ni la distancia “científica” entre sujeto y objeto de la investigación, sino saber cómo los sujetos construyen la realidad social y la cualifican” (p. 30). De este modo, la realidad social se construye en un espacio intersubjetivo de entendimiento colectivo.
Así, asumo la postura filosófica interpretativista, la cual se opone a la idea absolutista de que los métodos de las ciencias naturales deban ser aplicables “per se” en el campo de las ciencias sociales. Al efecto, se considera que las ciencias sociales buscan la comprensión del significado de los fenómenos sociales mientras que las ciencias naturales pretenden en la investigación científica, la explicación y la verificación de los hechos y las teorías.
En atención a lo expuesto, el propósito de esta investigación cualitativa es develar, desde los sistemas comunicaciones que vivencian los actores sociales, cómo perciben la acción gerencial y su aspecto relacional contextual, pues el sentido de la praxis reside en el significado interpretado que tiene para sus ejecutantes, en su temporalidad y espacialidad. Por tanto, el enfoque que fundamenta la investigación es ideográfico. La intencionalidad de la aproximación teórica es la comprensión antes que la explicación causal.
En este sentido, Sandín (op. cit.) profundiza al respecto que “una de las distinciones esenciales entre procesos naturales y prácticas humanas descansa en el hecho de que los primeros son relativamente independientes del lenguaje usado para describirlos, a diferencia de las prácticas humanas que no lo son” (p. 57). Lo afirmado es fundamental para dar contextualización a las críticas que la referida perspectiva teórica y sus corrientes reciben. En tal sentido, Méndez de Garagozzo (2012) expone que la realidad social se configura desde la construcción intersubjetiva de los sujetos y ella misma permea sus interpretaciones en una relación dialógica.
Por otra parte, se acusa a la teoría interpretativa de conservadora para con el orden social, donde el status quo (su cambio) no representa una prioridad. Incluso, se afirma que muchos de los significados del sujeto están distorsionados ideológicamente por obra de ciertos mecanismos sociales. Desde allí emerge una nueva perspectiva teórica: la teoría crítica, la que a su vez recibirá críticas de quienes vivencian otras perspectivas.
Infiero que, desde la lógica, y mucho más, desde el lenguaje, cada perspectiva puede ser validada y refutada. Por ello, requiero de una mirada, una teoría, para un acercamiento al micro-universo de cómo los gerentes de las empresas de servicios crean sentidos y significados en torno a la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano: comprender tal postura, asumirla como cosmovisión, plasmar un discurso coherente y por ende generar conocimiento científico, que en este caso se enmarca en un enfoque cualitativo como naturaleza de la investigación, asumiendo el paradigma interpretativo, fundamentado en la postura epistemológica socio-construccionismo, en sus corrientes fenomenológica y hermenéutica, a fin de conocer la realidad de los actores sociales y significarla.

Diseño de la Investigación

La sociedad como sistema es extremadamente compleja y cualquier proceso o evento que acontece en su seno es susceptible de un múltiple conjunto de desdoblamientos, generador de infinitos esquemas relacionales que están más allá de representaciones conscientes por parte de los sujetos implicados en estos eventos, tal como refiere Morin (op. cit). Por ello, la configuración de una aproximación teórica que signifique lo social en la vida, nacida de los elementos diferenciados de información de los sujetos, permite interpretar y comprender tales elementos en su real complejidad.
En este sentido, Rusque (op. cit.) afirma que “el intensivo uso de aproximaciones metodológicas cualitativas en el campo de las ciencias sociales refleja el contexto de crisis de los paradigmas dominantes” (p. 15). Ergo, la flexibilidad como cualidad intrínseca, permite la adaptación y modificación de los diseños de investigación a medida que avanza el proyecto, para interpretar y comprender la realidad social, a diferencia de la rigidez del método cuantitativo. Luego, el cómo investigar tiene implicaciones para la selección del método de investigación, para la cantidad de datos recolectados, el papel de la intelección, el nivel de abstracción al que decide llevarse los hallazgos, entre otros.
A este propósito, habiendo declarado mi intencionalidad metodológica que es coherente en cuanto a la matriz epistémica asumida, motivado en mi constante búsqueda de la coherencia investigativa para la legitimidad de la producción científica, expongo entonces mis supuestos. En cuanto a la fenomenología, ésta se considera como la ciencia o teoría de los fenómenos. Según Híjar y Chávez (2010):

Husserl plantea la fenomenología como el método por el cual el espíritu, mediante reducciones sucesivas, se halla frente a la conciencia pura (considerada independiente de todo dato empírico) o del yo trascendental (condición de toda experiencia posible) y determina las estructuras esenciales de todo lo que es posible conocer (p. 94).

En otras palabras, para Husserl, la fenomenología es la ciencia que trata de descubrir las “estructuras esenciales de la conciencia”. Al respecto, Martínez (1996) expone que este filósofo se caracterizó por su deseo de hacer ciencia bajo un proceso crítico en la metodología científica, y para lograrlo, prescribía de los prejuicios, conocimientos y teorías previas. Por ello, su “leitmotiv” en la investigación fenomenológica fue “ir hacia las cosas mismas” en el cual se entiende por “cosas” lo que se presenta a la conciencia. Sin embargo, para Crotty, en Sandín (op. cit), existen dos corrientes o enfoques fundamentales en fenomenología:

La tradición husserliana o eidética la cual es epistemológica y, la tradición fenomenológica-hermenéutica o enfoque interpretativo, la cual es ontológica, una forma de existir/ser/estar en el mundo, donde la dimensión fundamental de la conciencia humana es histórica y sociocultural y se expresa a través del lenguaje (p. 63).

En este sentido, así como con Husserl, Heidegger (2000) buscaba a través de la fenomenología redefinir y enfocar la misión de la filosofía, con algunas diferencias, entre las cuales destaco que su postura mejor conocida como interpretativa o hermenéutica, no buscaba primero la evidencia tal “como es en sí misma” sino que más bien revelaba el horizonte descubriendo las presuposiciones, ya que éstas no deberían eliminarse o suspenderse (el epojé husserliano), sino que constituyen la posibilidad de inteligibilidad o el significado, con lo cual coincido en lo expuesto por este autor y lo asumo en el acto constitutivo del conocimiento, donde soy producto y producente.
Entre las características más destacadas de la fenomenología, según Latorre, en Sandín (op. cit.) se expresan

1) la primacía que otorga a la experiencia subjetiva inmediata como base del conocimiento. 2) el estudio de los fenómenos desde la perspectiva de los sujetos, teniendo en cuenta su marco referencial y, 3) el interés por conocer cómo las personas experimentan e interpretan el mundo social que construyen en interacción. (p. 63).

Lo fenomenológico surge durante el proceso de interpretación del contexto indagado, que deriva de la conversación reflexiva en las entrevistas en profundidad a los gerentes de organizaciones empresariales orientadas al área de servicios y que hacen vida en el estado Lara, quienes son abordados de manera flexible, relacional e integradora, apoyándome en el socio-construccionismo e interpretativismo como cosmovisión comprensitiva de los procesos de aprehensión de los fenómenos sociales.
Creo entonces que, desde esta cosmovisión, se requiere plasmar una postura en torno al significado que se otorga a las teorías, pues según Morse (op. cit.) “en la excelente fenomenología es esencial tener conocimientos sobre lo que implica la teoría, y el por qué y cómo se usa metodológicamente” (p. 149). Así, el conocimiento de las perspectivas que las sustentan proporciona la clave para el enfoque y el trabajo del investigador.
Quisiera reiterar que, la sofisticación filosófica no es la tarea principal de las ciencias sociales, aunque la investigación social sin una reflexión informada filosóficamente, se desarrolla de forma irreflexiva, de manera que la etiqueta “investigación” se hace cuestionable. Pertinente a lo expresado por Rusque (op. cit.) se comprende que “La reflexión fenomenológica parece exigir un esfuerzo permanente de reflexión y comprensión de lo real, proceso siempre abierto y que no se termina jamás” (p. 24).
En cuanto a lo hermenéutico, para Heidegger (op.cit) es el método interpretativo por medio del cual uno supera la mera descripción de lo que es manifiesto y trata de revelar significados ocultos, sacando la mirada investigativa de los seres concebidos de manera ingenua para devolverla al Ser mismo (intencionalidad por la cual se trasciende hacia el Ser). El propósito es descubrir el significado que no se manifiesta de inmediato a nuestra intuición, interpretándolo y comprendiéndolo. El investigador debería ir más allá de lo que se da de manera directa. Sin embargo, al intentarlo, ha de usar los presupuestos ordinarios y cotidianos como claves de significados que no se dan, al menos de manera explícita.
En razón a ello, asumo las premisas de los investigadores hermenéuticos actuales, según expresa Morse (op. cit.), quienes

En su giro hacia las preguntas o ciencias epistemológicas, se han alejado de la fenomenología ontológica de Heidegger y han abandonado la búsqueda filosófica del Ser según Husserl, pues la hermenéutica se ha constituido en el método por medio del cual se lleva a la realidad tal búsqueda. (p. 174)

A continuación, algunas de las premisas ontológicas y epistemológicas que hacen vida en mi quehacer de escudriñamiento: la realidad construida, asumida por Rusque (op. cit.) como el fenómeno social cuyo constructo emerge en parte por el sentido común del vivir la vida cotidiana y en parte, por la tarea del investigador social. Paralelamente, la realidad intersubjetiva como la cualidad obvia de nuestro mundo. Proceso por el cual se produce la interpretación de la acción en el sentido subjetivo que tiene para los actores y para el investigador. Puedo distinguir seguidamente la realidad glocal, manifestada por Rodriguez (op. cit) como el diseño de una nueva geopolítica que da preponderancia a los niveles globales y locales en detrimento de los espacios territoriales tradicionales. Realidad transfronteriza, fluida, inestable, en donde los aspectos sociales, culturales, económicos de escala global son transversales y se manifiestan en el Ser de la organización, cuya praxis gerencial es reticular a las realidades epocales.
Quisiera añadir la comprensión de la investigación en las ciencias sociales como un proceso de comunicación. Así, para ahondar en la carga de significado de lo expuesto, contrasto de manera antagónica desde el positivismo, ya que la comunicación en esta perspectiva se concibe como un elemento perturbador que conspira contra la objetividad de los resultados, mientras que en el abordaje cualitativo, se comprende que el versionante, el informante, no se va a expresar por la exigencia de un instrumento aplicado a ella, sino como resultado de una necesidad personal, de una identificación con la investigación, acto que desarrollé de forma creciente dentro del propio espacio de la misma, a través de los diferentes sistemas de relación que establecí con los informantes claves, tales como el momento del encuentro sinérgico que representó el desarrollo de la entrevista en profundidad, así como la devolución sistémica de las interpretaciones que realicé de sus interpretaciones.
También cabe señalar la subjetividad, entendida como la cualidad de lo subjetivo, lo perteneciente o relativo al sujeto, sus motivaciones, sentimientos, recuerdos, deseos, pensamientos y conductas que vienen a configurar su intencionalidad. Refiere a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo, según expone la Real Academia Española (2015). Al respecto, cuando el investigador interpreta desde el lenguaje, el acontecer social del contexto indagado, asume que dicha realidad social es subjetiva desde el actor social e intersubjetiva para sí, y por tal, busca comprender el quehacer, indagar situaciones, contextos, particularidades, simbologías, imaginarios, significaciones, percepciones, narrativas, cosmovisiones, sentidos, estéticas, motivaciones, interioridades, intenciones que se configuran en la vida cotidiana.
Quisiera añadir que, para Cifuentes (2011), el investigador cualitativo “no puede comprender desde afuera, desde la neutralidad, de algo en lo que no ha participado” (p. 30). Por contraste, se asimila entonces que no existe subjetividad en la perspectiva positivista o postpositivista pues, cuando el investigador asume la realidad como naturaleza objetiva, sostiene que ésta existe con independencia de los sujetos, fuera de la mente de las personas.
Se destaca entonces que, para superar la oposición entre objetividad (la de una ciencia “pura” que no se contamine con el científico) y la subjetividad  (implicada en los intereses, ideología y limitaciones de éste), Schutz, citado en Campbell ( 2009), propone el concepto de intersubjetividad, visto desde una perspectiva que obliga a considerar la tarea del científico como un producto social, inseparable del resto de la cultura humana, en diálogo con los demás científicos y con la sociedad entera.
En lo pertinente a este desafío intelectual, investigo intersubjetivamente la realidad social para develar cómo los actores sociales la interpretan, qué simbolismos comparten, cómo la significan, qué acciones desarrollan en la búsqueda de  sostenibilidad y viabilidad de sus organizaciones empresariales, para comprender la praxis en contextos socioeconómicos caracterizados por políticas macroeconómicas enmarcadas en posturas ideológicas que poco favorecen al sector privado.
Queda por considerar la comprensión de la complejidad como cualidad de la realidad social, inferida como representación teórica, como fenómeno multidimensional en términos dialógicos. Aporta conceptualmente Ugas (op. cit) como “forma epistemológica que surge en una investigación cuyo entorno no elimina el sin sentido” (p. 15). Un elemento componente del desarrollo investigativo, un modo de pensar el desafío y no la respuesta, según Morin (op. cit). Por tanto, la complejidad no es un fin en sí mismo. Considero que las ciencias naturales en su afán de reduccionismo, significan la complejidad fenoménica a un orden simple y a unidades elementales, ignorando así la realidad social del sistema abstracto de donde surgen los elementos a investigar.
A raíz de ello, en contraposición al reduccionismo, considero la complejidad como una tensión permanente entre organización y proceso, entre continuidad y ruptura. Los sistemas complejos no se develan de forma inmediata ante el sujeto. Sus procesos y forma de organización tienen que ser construidos a partir de innumerables formas de expresión. Siendo así, la subjetividad como concepto para la comprensión histórico-cultural de las nuevas perspectivas del acontecer complejo de la realidad, permite trascender la fragmentación para representarnos un sistema cuyas unidades y formas principales de organización se alimentan de sentidos subjetivos definidos en diferentes áreas de la actividad humana.
En esta perspectiva, expone Morin (op. cit) que “la complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e interacciones que desafían nuestras posibilidades de cálculo; comprende también incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios” (p. 60). De este modo, la complejidad se manifiesta en la incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro entendimiento, ya sea inscrita en los fenómenos. Registrado esto, deseo investigar la flexibilidad de los actores sociales en cuanto a su praxis, para guiar a sus organizaciones a través de entornos complejos, cambiantes a nivel axiológico, económico, político, jurídico, societal, que parecieran vivenciar un ambiente externo con coherencia en lo ideológico a nivel local, pero marcadamente adverso en lo pragmático.
Conviene distinguir otro elemento aportado por González Rey (op. cit), la especulación, como parte inseparable de la construcción teórica, de ese atreverse a construir y reconstruir aquellos procesos por los cuales un elemento componente de lo real se vincula y relaciona, el uso de los juicios, ideas y conceptos que bien sirven para describir el acontecer del proceso que se analiza, el pliegue del conocer, el repliegue del pensar y el despliegue de la reflexión como pertinentemente señala Ugas  (op. cit.). Es esa danza en lo metodológico y/o procedimental, para allegarse al conocimiento desde el encuentro entre el investigador y su objeto de estudio, en una relación dialógica.
Pero hay otra definición, la dialéctica, concebida como la progresión en la que cada movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior. Tesis o afirmación; antítesis o negación; síntesis o negación de la negación. Por su parte, la dialógica como la delegación en el referente para juzgar si una interpretación es correcta o incorrecta. Por tal, pueden aceptarse que dos posturas totalmente diferentes, excluyentes, incoherentes, sean válidas, al mismo tiempo.
Al llegar a este punto, es justo decir que asumo el rol de filósofo social (más que científico social) pues la interpretación de la realidad social desde esta postura (intersubjetiva con relación al otro “Ser” y entre ellos, aunque subjetiva desde mi propio “Yo”), emerge desde la interpretación del otro (subjetiva).  Me interesa comprender cómo interpretan su realidad los actores sociales en la cotidianidad de sus prácticas, más no su causalidad. Y así, como investigador debo ser capaz de “volver a las cosas”, y tal como relata Rusque (op. cit.):

Cuestionar nada menos que nuestra cultura; es decir, nuestro modo de mirar el mundo y comprenderlo, la forma en que se nos ha educado, en que hemos sido socializados, para poder averiguar cómo se manifiestan concretamente las cosas de manera directa y no a través del velo de la cultura, incluyendo en ella el lenguaje y otras estructuras simbólicas. (p. 22)

Es así que, la hermenéutica está representada en el análisis comprensivo del discurso de los entrevistados, en el diálogo con el otro como estrategia para la mutua comprensión del significado e intencionalidad que subyacen en cada quien, legitimando la interpretación de la información obtenida, así como la generación de la aproximación teórica que denote la intencionalidad de los actores sociales que resulten pertinentes a los propósitos de la investigación. Para ello se configuraron las siguientes fases:
1.      Organización de la información obtenida de las entrevistas en profundidad a los actores sociales que participaron en la investigación,  asignando categorías de análisis, mejor denominadas unidades hermenéuticas de significado que permitan interpretarla a profundidad
2.      Esquematización de las categorías emergentes del discurso de los actores sociales para determinar las coincidencias y saturación. Desde allí, se proveyó un orden lógico, coherente, personal, que propició delinear un viaje desde lo macro hasta la microeconomía, en el contexto socio-económico venezolano
3.      Integración de la información obtenida que permitió desarrollar la fase hermenéutica en su totalidad

Actores Sociales de la Investigación

Los actores sociales de la investigación fueron cuatro (4) gerentes de cuatro (4) organizaciones empresariales que tienen operaciones comerciales en el estado Lara, los cuales se seleccionaron por su disposición y conocimiento de la temática indagada y el deseo de participar en el estudio. En torno a ello, los actores sociales significados como informantes claves fueron aquellas personas que apoyaron la investigación con sus saberes, voluntades y disponibilidad.
Al respecto, Martínez (op. cit) define al informante clave como “grupo de personas con conocimientos especiales, estatutos y buena capacidad de información. Un buen informante clave puede desempeñar un papel decisivo y trascendental en una investigación” (p.199).  A los efectos de la presente investigación, los informantes clave están conformados así: Gerente General de una organización especializada en la distribución de medicinas e insumos para la salud; Gerente General de una empresa dedicada a la importación y distribución de equipos montacargas para el manejo de inventarios; Gerente General de una organización prestadora de servicios financieros y gestión de carteras de inversión y; Gerente General de una empresa dedicada al área del microfinanciamiento empresarial. A continuación, el cuadro 1 que resume la categorización de los actores sociales.

Cuadro 1. Actores sociales
Actores Sociales
Profesión
Cargo
Sector
Actor A
Abogado, Economista
Gerente General
Farmacéutico
Actor B
Contadora
Gerente General
Importación
Actor C
Consultor Financiero
Gerente General
Financiero
Actor D
Administrador
Gerente General
Microfinanzas

Mi propósito al elegir a estos gerentes, se debe a que he participado en estos contextos como director independiente en las juntas directivas de sus empresas y/o han realizado aportes en anteriores investigaciones de índole académico. De igual manera, les conozco y las relaciones profesionales construidas, me facilitan el acceso a sus organizaciones y la comprensión significativa de su discurso.  

Estrategias para el Acopio de la Información.

Esta investigación es de naturaleza cualitativa cuya intencionalidad es la mayor aproximación posible con la realidad social problematizada, para su estudio desde el accionar cotidiano de los actores claves, procediendo así a la recolección de los datos primarios, que según Piñero y Rivera (op. cit) es “reducir de modo intencionado y sistemático, mediante el empleo de los sentidos o de un instrumento mediador, la realidad natural y compleja que se pretende estudiar” (p. 96). Igualmente, en atención a la naturaleza cualitativa asumida en esta investigación, las técnicas para el acopio de la información se seleccionaron en articulación con ella, para mantener la coherencia epistémica, por lo que se realizaron entrevistas cualitativas en profundidad a los informantes clave seleccionados, entendidas según Taylor y Bodgan (1992) como “encuentros cara a cara entre el investigador y los informantes, encuentros éstos dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras” (p. 100).
Por su parte, Piñero y Rivera (op. cit) lo sintetizan como un “espacio interactivo dialógico entre el investigador y un sujeto informante, en el que a través de una relación horizontal se logra la inmersión en los sentidos subjetivos que emergen del sujeto, que habla desde un compromiso total con su expresión sobre el tema” (p. 106). De allí, que en la entrevista “en profundidad” se realiza de manera flexible, no estructurada, y se inquiere hasta lograr la saturación, es decir, el momento en el cual, el informante no aporta novedad al tema o regresa a lo ya comentado. En palabras de Morse (op. cit) “Cuando hay poco que aprender y el entrevistador lo ha escuchado “todo” y se empieza a aburrir” (p. 37).
En sintonía con este planteamiento, se plantearon los interrogantes pertinentes a las unidades hermenéuticas de significado, para develar el sentido que los actores sociales le atribuyen a la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano. La entrevista se desarrolló en las oficinas de cada uno de los actores sociales, en un ambiente profesional, distendido y respetuoso, con la intencionalidad de conocer los sentidos y significados que los actores sociales otorgaban a la temática. Sin embargo, la condición unánime de los entrevistados giró en torno a la confidencialidad, tanto del nombre del participante como de la organización a la cual pertenece, por asuntos que versaron alrededor de la protección al “know how” del negocio, medidas de seguridad personal y/o temor a represalias por parte de funcionarios o instituciones públicas, por la sensibilidad de la información compartida. Sin embargo, se utilizaron recursos tecnológicos como la grabación de voz (con autorización del entrevistado) para atender de igual manera la significatividad del lenguaje oral, en el contexto de la expresión de sus ideas.

Interpretación de la Información

Una vez se realizaron los encuentros con los actores sociales, se ordenó la información que emana de sus discursos. Para ello, se transcribieron las entrevistas con la mayor fidelidad posible, colocándose un número a cada línea del texto, identificando así los párrafos que se extrajeron del texto general, para significarlos en atención a la emergencia de códigos y categorías que coadyuven al enlazamiento de segmentos plausibles que contribuyen a la construcción de aportes teóricos sobre la situación problematizada en estudio.
En todo caso, la codificación puede concebirse, según palabras de Piñero y Rivera (op. cit) como la “manera de relacionar nuestros datos con nuestra idea acerca de ellos” (p. 125). Así, la codificación viene a vincular todos los fragmentos de datos, a una idea o concepto en particular. Por su parte, las categorías vienen a buscar el sentido o estructura de los códigos, con la intención de desarrollar teoría a partir de ellas, expandiendo, recontextualizando la información para abrir más posibilidades analíticas. Al respecto, Gomes (2003) considera que “las categorías son empleadas para establecer clasificaciones, agrupar elementos, ideas y expresiones en torno a un concepto capaz de abarcar todo” (p. 55).
Así, se obtuvo una delimitación de áreas significativas que Martínez (op. cit) las define como “grupo de unidades significantes” (p. 177) que a nuestro propósito son bautizadas como “unidades hermenéuticas de significado”, las cuales son susceptibles de interpretación. A continuación, se expone el cuadro 2 a utilizar para sistematizar la información:

Cuadro 2. Matriz de categorización del discurso de los actores

Unidades hermenéuticas de significado
Narrativa de los actores sociales
Códigos y categorías
Interpretación






Técnicas para Legitimar el Conocimiento

En investigación cualitativa, se requiere ser muy precisos con los criterios de legitimidad del conocimiento, de las interpretaciones realizadas del discurso de los actores sociales, para no recibir el apelativo de “subjetivismo puro” sobre los aportes conversacionales configurados, lo que restaría credibilidad al proceso científico de producción del conocimiento y de lo que de allí se genere. Por ello, hay que evidenciar coherencia epistémica, concordancia con lo real y articular la declaración paradigmática, la razón epistemológica con el método y las técnicas para el acopio y la interpretación de la información. Esta coherencia legitima la construcción realizada en términos de su cientificidad.
En este sentido, exponen Piñero y Rivera (op.cit) que “la legitimidad de la investigación cualitativa y de los productos que de ella se generan no puede buscarse en los resultados, ni en su transferibilidad ni en su incidencia en el mundo social, político, económico” (p. 139). Por el contrario, la singularidad en la construcción de posibilidades teóricas de sentidos y significados se constituye como la instancia legitimadora, en tanto se atienda la coherencia epistémica y procedimental, la calidad de la transcripción, del diseño investigativo y el uso de técnicas tales como la devolución sistemática y la triangulación.
En atención a ello, la devolución sistemática es el criterio de legitimidad que procede de la confrontación de la interpretación de las narrativas de los actores sociales emanadas de las entrevistas en profundidad, a fin de contrastar los significados y sentidos creados por ellos, así como las interpretaciones que desarrolló el investigador en un proceso de triangulación. De esa manera se asumen los razonamientos expresados por Taylor y Bodgan (op.cit), en cuanto a presentar la interpretación de la narrativa de los actores a los mismos para su revisión y validación interna, con el propósito de asegurarse que lo interpretado, es efectivamente lo que quisieron expresar sobre el tema. Por ello, les fue remitido a los actores sociales, vía correo electrónico, las interpretaciones y consideraciones reflexivas, cuyo contenido fue comentado vía verbal en algunos casos, y devuelto electrónicamente en otros, donde manifiestan su concordancia con las interpretaciones que realicé, amén que manifestaron la ininteligibilidad de algunos términos filosóficos utilizados, los cuales les comenté en beneficio de su comprensión. De esta manera, se considera la legitimidad, tanto de la información presentada como de la técnica utilizada, que los autores citados definen como la devolución sistemática.
Por su parte, la triangulación comprende la acción de reunión y cruce dialéctico de toda la información pertinente a la investigación, usando distintos puntos de vista en la búsqueda de una mayor precisión en la interpretación, propiciando la credibilidad de los hallazgos al obtener información de diferentes fuentes, ofreciendo de esta manera la complementariedad y la referencialidad de perspectivas requerida para este tipo de estudio. El prefijo "tri" de triangulación no hace referencia literalmente a la utilización de tres tipos de medida sino a la pluralidad de instrumentos de investigación, versionantes, enfoques teóricos, fuentes, entre otros. Vale destacar, que Sandín (op. cit) hace referencia a las voces críticas que cuestionan la relevancia y la posibilidad que esta técnica tiene para “garantizar la credibilidad de los resultados” (p. 199), pero ello apenas es una muestra de los debates que aún se mantienen sobre los criterios de credibilidad de los estudios cualitativos en el ámbito de las ciencias sociales.
En lo concerniente a la presente investigación, la triangulación proviene, tanto de los actores sociales que participaron en las entrevistas en profundidad, cuyos criterios de vida, particulares y profesionales, enriquecieron el corpus interpretativo, como de las fuentes bibliográficas utilizadas, que acompañaron y dieron sustento al proceso interpretativo y reflexivo, de acuerdo al estado del arte sobre los diversos tópicos pertinentes que asomaron a lo largo de los encuentros con los entrevistados. Así, se hizo la triangulación para descubrir coincidencias en el discurso de los actores sociales en aras de significar, fortalecer y legitimar los hallazgos, que según Martínez (op. cit) refiere a regularidades o patrones. En tales cruces, se fortalecen los hallazgos y se legitiman las categorías emergentes que permitieron la apropiación de segmentos teóricos que dieron la oportunidad a la emergencia de la aproximación teórica con respecto a la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano, desde la cosmovisión de los actores sociales que fungen como gerentes en empresas de servicio en el estado Lara.

Presentación de los Hallazgos

El encuentro con los actores sociales en ocasión de las entrevistas en profundidad, giró en torno al abordaje indagativo sobre tres unidades hermenéuticas de significado, que se fueron configurando a medida que la investigación avanzaba a través de sus diversos momentos, quedando definidas matrices de análisis como: la praxis gerencial, el contexto socio-económico venezolano y los desafíos que enfrentan las empresas de servicios, considerados ejes temáticos que devienen de los propósitos de la investigación y el fenómeno a indagar. Es así que, cada entrevista en profundidad quedó grabada en formato de sonido, el cual fue plasmado en su integralidad, utilizando la plantilla resumida en el cuadro 3, que se muestra a continuación:

Cuadro 3. Formato para la transcripción de las entrevistas en profundidad.
Líneas
Narrativa Actor Social

Preguntas del Investigador
1

2
Respuesta del Actor Social
3

4


Seguidamente, de la aproximación hermenéutica a la narrativa emergió un acervo de códigos, categorías emergentes y significados interpretados por el investigador, que fueron reflejados en matrices hermenéuticas como se visualiza en el cuadro 4.  

Cuadro 4.- Matrices hermenéuticas para la integración del discurso de los actores sociales.
Unidad
Hermenéutica
Comentarios de los Actores
Código y Categoría Emergente
Interpretación del Investigador
Praxis
Gerencial
Actor Social A

Líneas: XX-XX
Discurso del Actor Social




CO-PG-A

Código

CE-PG-A

Categoría Emergente


Interpretación del discurso del Actor Social, por parte del Investigador
 

De esta manera, se facilita el presentar los hallazgos de forma escrita, a los fines de significar la comprensión de las realidades abordadas, para articular e imbricar los segmentos plausibles que converjan en una aproximación teórica sobre los aportes que asoman de la investigación.
Como corolario, promulgo que esta investigación es de naturaleza cualitativa, con una matriz epistémica naturalista que asume el paradigma interpretativista fundamentado en la postura epistemológica socio-constructivista, en sus corrientes fenomenológica y hermenéutica, cuya intencionalidad es interpretar y comprender la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano desde la perspectiva de la alta gerencia en empresas de servicios, que hacen vida en el estado Lara.

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