TERCERA INSTANCIA COGNITIVA
REFERENCIAL METODOLÓGICO DEL PROCESO COGNOSCENTE
Naturaleza de la Investigación
Estructurar
miradas comprensivas sobre los contextos sociales y organizacionales en su
devenir, convoca el desarrollo de posturas que integren los factores que
inciden relacionalmente en su configuración, en atención a los dinamismos
económicos, políticos, culturales y sociales de la contemporaneidad. Este
desafío motiva a indagar reflexivamente sobre la praxis gerencial en contextos
socio-económicos locales, comprendidos como poco favorables para la inversión
privada, lo que propicia la aproximación de aportes teóricos en atención a dilucidar
estrategias y otros entendimientos menos tradicionales, para la sostenibilidad
y viabilidad de las organizaciones empresariales dedicadas al sector servicios
en el estado Lara, en las realidades gerenciales construidas desde las
interpretaciones de los actores sociales que las vivencian, develando significados
y sentidos compartidos, a nivel de la alta gerencia de los actores sociales participantes
en la investigación.
Por
consiguiente, esta investigación de naturaleza cualitativa, se enfoca en
develar los sentidos y significados que le atribuyen los actores sociales al
fenómeno indagado, para generar una
aproximación teórica acerca de la praxis gerencial en el contexto en
referencia. Sin embargo, requiero plasmar mi particular transitar
interpretativo en cuanto al abordaje de la situación problematizada, pues fui
formado a nivel académico-científico en la rigurosidad de las matemáticas, de
la exactitud, del determinismo como manera de entender la ciencia, aunque ahora
evidencio una apertura paradigmática que deseo exponer en la presente
investigación. En torno a ello, es necesario acotar inicialmente que la
tradición positivista como constructo de la realidad, desde la explicación de
lo real, ha dominado la escena investigativa por un prolongado período de
tiempo, vista la aceptación consensuada en el campo de la investigación
científica, del criterio de replicabilidad de los fenómenos estudiados como
elemento de validez y confiabilidad, configurando el fundamento para hacer
ciencia, con base en evidencias observacionales y estadísticas de accesible
verificación, lo cual se considera atributo de las ciencias naturales, que surgen
como el conjunto de conocimientos obtenidos mediante
la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados, de los que se
deducen principios y leyes generales.
Por
esto, la tendencia desde estas posturas o adscripciones a obviar los abordajes
de tipo filosófico en la generación de conocimiento, pues lo cuantificado se
convertía en suficiente modelo para explicar y transformar, si fuere el caso,
el entorno del investigador. Sin embargo, en el campo de las ciencias sociales
(a diferencia de las ciencias naturales) existían y existen dicotomías e
incomprensiones entre la teoría así formulada y lo experiencial, pues el
componente humano juega con su libre albedrío como refiere Ugas (2011), para
tener, hacer y ser, según su lógica, ilógica y alógica, de acuerdo a su propia
identidad y el ambiente social que le rodea cultural y vivencialmente, en aras
de su búsqueda de sentido. En consecuencia, considero que la episteme
positivista se encuentra en alguna manera limitada en el abordaje de lo social,
por dejar de lado la intencionalidad, la auto-reflexividad y la creación de
significado, inherentes al Ser, tal como expone Rusque (2003).
Habida
cuenta de los horizontes existentes, requiero estructurar el andamiaje
cognoscente desde la conceptualización del conocimiento, adentrándome
cognitivamente a nivel de lo ontológico, dimensión que convoca la designación
de la metafísica substancialista que tiene por objeto aprehender, bajo las
apariencias, a la cosa en sí. En lo esencial, la ontología, que es la
investigación de lo absoluto, es, evidentemente el último fin de toda la
filosofía. A los propósitos de la presente investigación, comprende la
naturaleza del mundo que es vivido por los actores sociales, donde crean y
recrean sus sentidos y significados.
Al
respecto, para conocer la postura asumida por el sujeto con respecto a la
naturaleza de la realidad, conviene citar a Descartes (1637), quien propone que
no es el “Ser” sino la “Razón” lo que suscita el pensamiento, de allí la
postulación de la primera verdad absoluta de la filosofía moderna: “pienso,
luego soy” (p. 52), convirtiéndose en el fundador de la epistemología moderna.
Luego, Immanuel Kant (1787), afirma que la metafísica se ocupa de conceptos a
priori, o sea, todo conocimiento que debe ser tenido como absolutamente
necesario, cuyos objetos correspondientes pueden ser dados en la experiencia,
lo que significó una epistemología que permitía encarar problemas metafísicos
al entender la fuente y los límites del conocimiento. Sobre ello, difiere Fichte,
según Sandín (2003), quien no acepta el argumento kantiano sobre la existencia
de los “noumena” o “cosas en sí” y por tal, la conciencia no tiene su fundamento
en el llamado “mundo real” sino en las cosas “tal y como se nos representan”. En
cuanto a las corrientes que de Kant se derivan, Sandín (op. cit) expone:
los
filósofos europeos se inscriben en dos grandes corrientes que se desenvuelven
de forma paralela: el empirismo que defiende como forma de conocimiento la
comprobación minuciosa de los hechos naturales mediante la observación y el
racionalismo que propugna que el criterio de verdad no es sensorial, sino
intelectual y deductivo. (p. 4).
En
cuanto a lo social, surge la investigación cualitativa como la episteme que
permite comprender el conocimiento, no como la aprehensión lineal de una
realidad dada, sino como señala González Rey (2006) “una construcción, una
producción humana, deviniendo en las zonas
de sentido como aquellos espacios de inteligibilidad que no agotan la
cuestión que significan, sino que, por el contrario, abren la posibilidad de
seguir profundizando un campo de construcción teórica” (p. 5). Sucede pues, que
el sujeto cognoscente que aborda esta realidad
social debe decidir cómo introducirse en ella, pues según Morse (2003) “el
laboratorio de investigación es la vida cotidiana y a ésta no puede metérsela
en un tubo de ensayo, prenderla, apagarla, manipularla o echarla por una
alcantarilla” (p. 4), se debería vivenciar y construir sobre ella.
De
allí, la dificultad en conocer sobre las relaciones y el comportamiento humano
bajo la rigurosidad del método científico, pues al asumir este enfoque, se
presentan anomalías, vista la impredecibilidad recurrente que se comprende
desde el uso del libre albedrío como esencialidad del hombre. En tal sentido, Kuhn
(1971), planteaba que “las violaciones a
aquello que es esperado atraen cada vez más la atención de una comunidad
científica debido a la crisis que representa el fracaso repetido en el intento
de hacer que una anomalía pueda ser explicada” (p. 15), y en el campo de las
ciencias sociales, son característicos los “hallazgos” sin sentido que asoman desde
la objetividad en la descripción y explicación, al no dar cuenta del sentido
interpretativo que los actores sociales pudieran atribuir a determinado fenómeno
en estudio. En razón a lo anteriormente expuesto, evidencio un salto del
abordaje cuantitativo al cualitativo a efectos de la conducción de la presente
investigación, sin desmerecer la importancia, vigencia y los invaluables
aportes que el positivismo, como manera de hacer ciencia, ha significado en el
avance del conocimiento.
Sobre
estas consideraciones de hacer ciencia, Thomas Kuhn sustenta el constructo
“paradigma”, lo cual supone una revolución en la consideración de la ciencia,
al aceptarse cierta ambigüedad al incluir en el discurso, la noción de
relativismo. A tal respecto, refiere Sandín (op. cit.) que “en la producción
del conocimiento científico, no solo intervienen elementos intelectuales,
lógicos y racionales sino que se halla determinada por factores actitudinales,
afectivos, sociales y políticos” (p. 8). Se hace pertinente entonces, un
abordaje que permita significar los aspectos inherentes a la epocalidad de la
configuración y aceptación consensuada de ciertos postulados científicos, para
comprender la carga cognitiva societal de determinados períodos históricos y
presentes, que en este caso refiere a la praxis gerencial en el contexto
socio-económico venezolano, vista desde las empresas de servicio en el estado
Lara.
Siendo
así, González Rey (op. cit) afirma que la investigación cualitativa orientada a
estudiar la producción de sentido subjetivo del sujeto, y la forma de articulación
con los diferentes procesos y experiencias de su vida social, debe aspirar a
hacer del espacio de investigación un ámbito de sentido que implique a la persona estudiada. Considero que existe
integralidad en lo planteado, ya que el instrumentalismo ingenuo que carece de
significado para las personas a quienes se aplican, obviando el escenario
social en los que se realiza el estudio, atenta contra la identidad personal y
social, así como las articulaciones y símbolos por ellos compartidos, lo cual
podría configurar desde la perspectiva de Morin (op. cit), una mirada parcial
de lo real, no volumétrica, no holográfica, para los contextos de investigación
anclados en paradigmas emergentes.
En
esta línea argumentativa, Covey (1989)
conceptualiza el término paradigma como proveniente del griego, originalmente
científico y que en la actualidad se utiliza con el sentido de modelo, teoría,
percepción, supuesto o marco de referencia. De esta forma, el paradigma
representa una visión de “mundo” que define para quien lo posea: la naturaleza
de éste, la posición que el individuo ocupa en él y el tipo de relaciones
posibles en ese mundo y sus componentes. Complementariamente, Sandín (op.cit)
acuña el paradigma como la unidad más general de consenso dentro de una ciencia,
constituyendo una visión del mundo compartida por un grupo de personas,
atribuyéndose así, un carácter socializador.
Por
su parte, Guba y Lincoln (1992), plantearon que las creencias básicas que
definen un paradigma desde el ámbito de la investigación, pueden ser resumidas de
acuerdo a las respuestas dadas a tres preguntas fundamentales: Pregunta
ontológica: ¿Cuál es la naturaleza de lo cognoscible?, más aún, ¿Cuál es la
naturaleza de la realidad social? Pregunta epistemológica: ¿Cuál es la
naturaleza de la relación entre el que conoce y aquello que puede ser conocido?
o ¿Cómo se conoce? Pregunta metodológica: ¿Cómo debería proceder el
investigador para descubrir lo cognoscible? conformando una propuesta que
propugna la existencia de diferentes realidades como construcciones sociales de
los individuos, considerando la interacción entre lo observado y el observador.
Se
trata desde luego, de apropiarse del estado del arte en aras de hacer
inteligible la manera como los investigadores han definido y/o alterado el
conocimiento epocal, para cuestionar y forzar crisis ante paradigmas que no
permitían comprender el mundo en su justa dimensión ni dar las contestaciones
requeridas en el ámbito que inquieta al investigador. Seguidamente, dar
respuesta a los interrogantes anteriores presupone, según Sandín (ob.cit), la
asunción de determinados postulados ontológicos, lo que a su vez conllevaría
cierta epistemología, condicionando así las opciones metodológicas, en una
síntesis articuladora. Desde allí, Piñero y Rivera (2013), plantean que “la
calidad de un trabajo de indagación se puede evaluar revisando la coherencia
interna con la cual operó el investigador en torno a los límites que le impone
el encuadre epistemológico” (p. 22), permitiendo distinguir entonces, que la
validez o legitimidad del conocimiento científico así constituido requiere la
rigurosidad, en cuanto a la correspondencia ontológica-epistémica-metodológica
conocida también como matriz epistémica, que configuran la coherencia interna
de las diversas perspectivas epistemológicas que pretenden explicar y/o
comprender cómo conocemos lo que sabemos.
Por
ello, la epistemología es etimológicamente entendida como aquel conjunto de
saberes que tienen a la ciencia (naturaleza, estructura, métodos) como su objeto
de estudio. Es la teoría del conocimiento que trata sobre cómo se conoce la
realidad, cómo es la naturaleza del conocimiento y las posibilidades de
conocer, cómo se construye el “corpus” del conocimiento, la “ciencia”, la
legitimidad y credibilidad del conocimiento y
las vías que llevaron a su configuración. También, trata sobre cómo
pensó el sujeto su pensamiento acerca del objeto y de sí mismo, en el acto de
pensar. Procedo a señalar entonces que, la gerencia se ha estudiado
tradicionalmente desde posturas clásicas, de carácter positivista, factual, de
fuerte arraigo cuantitativo en cuanto a la creación de valor para el
accionista, basado en la búsqueda de la rentabilidad, desmereciéndose así la
perspectiva complementaria de la gerencia en cuanto a su impacto en las
transformaciones sociales y el devenir del Ser en contextos socioeconómicos
menos favorables al sujeto.
Ahondando
en lo epistémico, Crotty (1998) logra identificar tres perspectivas fundamentales:
el objetivismo, el construccionismo y el subjetivismo. En Sandín (op. cit.) se
establece que:
El objetivismo percibe la realidad y el significado de la
realidad como independientes de la operación de ninguna conciencia sobre ellos,
mientras que en el subjetivismo aparecen formas de pensamiento estructuralista,
posestructuralista y posmodernas, donde el significado no emerge de una
interacción entre el sujeto y el objeto, sino que es impuesta por aquél sobre
éste y, de esta manera, el objeto no realiza ninguna contribución a la
generación de significado. (p. 48).
Por
su parte, del análisis epistemológico de la línea socio-construccionista se
opta por enunciados científicos que son asumidos como construcciones pertinentes
para comprender la realidad, partiendo de la premisa: no existe una verdad
objetiva esperando ser descubierta, pues el significado no se descubre, se
construye. Según palabras de Gómez, Latorre,
Sánchez y Flecha (2006) ésta “es una construcción social que depende de los
significados que las personas les atribuyen, es decir, la realidad no existe
como algo externo, sino como una construcción de las personas que queda en la
conciencia” (p. 19).
De
tal argumentación, concibo que así como existe una sociedad múltiple, plural,
que se construye día a día mediante la interacción de sus integrantes, en
concordancia, también existe una realidad múltiple y plural. Se asume que
diferentes personas puedan construir diversos significados en relación a un
mismo fenómeno. En cualquier caso, quienes investigan tienen como propósito el interpretar
y comprender el mundo social de las personas estudiadas y los significados que
ellos le atribuyen a ese mundo.
Además,
el construccionismo recoge algunas de las críticas planteadas al enfoque
positivista (objetivista), al distinguir la complejidad de las relaciones
sociales; De ahí que, una vez congregados todos los elementos que pueden
afectar al objeto de la investigación, se lleve a cabo un determinado abordaje de
la realidad que deviene del acto comprensivo del discurso de los actores
sociales que vivencian esa mirada, pues el investigador se constituye en
intérprete que busca interpretar las interpretaciones que los actores sociales hacen
de su mundo, comprendiendo cómo lo significan, por ello, esta investigación
versa sobre el sentido que le atribuyen a su praxis, los gerentes de empresas
de servicios del estado Lara, en el contexto socio-económico venezolano, país donde
se han establecido políticas macroeconómicas que representan grandes desafíos a
nivel empresarial.
Por
esto, al buscar la interpretación y comprensión de la ideográfica realidad
social, y no su explicación, Gómez, Latorre, Sánchez
y Flecha (op. cit.) señalan que “se
dan situaciones donde no es relevante la relación causa-efecto, ni la distancia
“científica” entre sujeto y objeto de la investigación, sino saber cómo los
sujetos construyen la realidad social y la cualifican” (p. 30). De este modo, la
realidad social se construye en un espacio intersubjetivo de entendimiento
colectivo.
Así,
asumo la postura filosófica interpretativista, la cual se opone a la idea
absolutista de que los métodos de las ciencias naturales deban ser aplicables “per se” en el campo de las ciencias
sociales. Al efecto, se considera que las
ciencias sociales buscan la comprensión
del significado de los fenómenos sociales mientras que las ciencias naturales
pretenden en la investigación científica, la explicación y la verificación de los hechos y las teorías.
En
atención a lo expuesto, el propósito de esta
investigación cualitativa es develar, desde los sistemas comunicaciones que
vivencian los actores sociales, cómo perciben la acción gerencial y su aspecto
relacional contextual, pues el sentido de la praxis reside en el significado
interpretado que tiene para sus ejecutantes, en su temporalidad y espacialidad.
Por tanto, el enfoque que fundamenta la investigación es ideográfico.
La intencionalidad de la aproximación teórica es la
comprensión antes que la explicación causal.
En
este sentido, Sandín (op. cit.) profundiza al respecto que “una de las
distinciones esenciales entre procesos naturales y prácticas humanas descansa
en el hecho de que los primeros son relativamente independientes del lenguaje
usado para describirlos, a diferencia de las prácticas humanas que no lo son”
(p. 57). Lo afirmado es fundamental para dar contextualización a las críticas
que la referida perspectiva teórica y sus corrientes reciben. En tal sentido, Méndez
de Garagozzo (2012) expone que la realidad social se configura desde la
construcción intersubjetiva de los sujetos y ella misma permea sus interpretaciones
en una relación dialógica.
Por
otra parte, se acusa a la teoría interpretativa de conservadora para con el
orden social, donde el status quo (su cambio) no representa una prioridad.
Incluso, se afirma que muchos de los significados del sujeto están
distorsionados ideológicamente por obra de ciertos mecanismos sociales. Desde
allí emerge una nueva perspectiva teórica: la teoría crítica, la que a su vez
recibirá críticas de quienes vivencian otras perspectivas.
Infiero
que, desde la lógica, y mucho más, desde el lenguaje, cada perspectiva puede
ser validada y refutada. Por ello, requiero de una mirada, una teoría, para un
acercamiento al micro-universo de cómo los gerentes de las empresas de
servicios crean sentidos y significados en torno a la praxis gerencial en el
contexto socio-económico venezolano: comprender tal postura, asumirla como
cosmovisión, plasmar un discurso coherente y por ende generar conocimiento
científico, que en este caso se enmarca en un enfoque cualitativo como
naturaleza de la investigación, asumiendo el paradigma interpretativo,
fundamentado en la postura epistemológica socio-construccionismo, en sus
corrientes fenomenológica y hermenéutica, a fin de conocer la realidad de los
actores sociales y significarla.
Diseño de la Investigación
La
sociedad como sistema es extremadamente compleja y cualquier proceso o evento
que acontece en su seno es susceptible de un múltiple conjunto de
desdoblamientos, generador de infinitos esquemas relacionales que están más
allá de representaciones conscientes por parte de los sujetos implicados en
estos eventos, tal como refiere Morin (op. cit). Por ello, la configuración de
una aproximación teórica que signifique lo social en la vida, nacida de los
elementos diferenciados de información de los sujetos, permite interpretar y
comprender tales elementos en su real complejidad.
En
este sentido, Rusque (op. cit.) afirma que “el intensivo uso de aproximaciones
metodológicas cualitativas en el campo de las ciencias sociales refleja el
contexto de crisis de los paradigmas dominantes” (p. 15). Ergo, la flexibilidad
como cualidad intrínseca, permite la adaptación y modificación de los diseños
de investigación a medida que avanza el proyecto, para interpretar y comprender
la realidad social, a diferencia de la rigidez del método cuantitativo. Luego,
el cómo investigar tiene implicaciones para la selección del método de
investigación, para la cantidad de datos recolectados, el papel de la
intelección, el nivel de abstracción al que decide llevarse los hallazgos,
entre otros.
A
este propósito, habiendo declarado mi intencionalidad metodológica que es
coherente en cuanto a la matriz epistémica asumida, motivado en mi constante
búsqueda de la coherencia investigativa para la legitimidad de la producción científica,
expongo entonces mis supuestos. En
cuanto a la fenomenología, ésta se considera como la ciencia o teoría de los
fenómenos. Según Híjar y Chávez (2010):
Husserl plantea la fenomenología como el método por el
cual el espíritu, mediante reducciones sucesivas, se halla frente a la
conciencia pura (considerada independiente de todo dato empírico) o del yo
trascendental (condición de toda experiencia posible) y determina las
estructuras esenciales de todo lo que es posible conocer (p. 94).
En
otras palabras, para Husserl, la fenomenología es la ciencia que trata de
descubrir las “estructuras esenciales de la conciencia”. Al respecto, Martínez
(1996) expone que este filósofo se caracterizó por su deseo de hacer ciencia
bajo un proceso crítico en la metodología científica, y para lograrlo,
prescribía de los prejuicios, conocimientos y teorías previas. Por ello, su
“leitmotiv” en la investigación fenomenológica fue “ir hacia las cosas mismas”
en el cual se entiende por “cosas” lo que se presenta a la conciencia. Sin
embargo, para Crotty, en Sandín (op. cit), existen dos corrientes o enfoques
fundamentales en fenomenología:
La
tradición husserliana o eidética la cual es epistemológica y, la tradición
fenomenológica-hermenéutica o enfoque interpretativo, la cual es ontológica,
una forma de existir/ser/estar en el mundo, donde la dimensión fundamental de
la conciencia humana es histórica y sociocultural y se expresa a través del
lenguaje (p. 63).
En
este sentido, así como con Husserl, Heidegger (2000) buscaba a través de la
fenomenología redefinir y enfocar la misión de la filosofía, con algunas
diferencias, entre las cuales destaco que su postura mejor conocida como
interpretativa o hermenéutica, no buscaba primero la evidencia tal “como es en
sí misma” sino que más bien revelaba el horizonte descubriendo las
presuposiciones, ya que éstas no deberían eliminarse o suspenderse (el epojé
husserliano), sino que constituyen la posibilidad de inteligibilidad o el
significado, con lo cual coincido en lo expuesto por este autor y lo asumo en
el acto constitutivo del conocimiento, donde soy producto y producente.
Entre
las características más destacadas de la fenomenología, según Latorre, en
Sandín (op. cit.) se expresan
1) la primacía que otorga a la experiencia
subjetiva inmediata como base del conocimiento. 2) el estudio de los fenómenos
desde la perspectiva de los sujetos, teniendo en cuenta su marco referencial y,
3) el interés por conocer cómo las personas experimentan e interpretan el mundo
social que construyen en interacción. (p. 63).
Lo
fenomenológico surge durante el proceso de interpretación del contexto
indagado, que deriva de la conversación reflexiva en las entrevistas en
profundidad a los gerentes de organizaciones empresariales orientadas al área
de servicios y que hacen vida en el estado Lara, quienes son abordados de
manera flexible, relacional e integradora, apoyándome en el socio-construccionismo
e interpretativismo como cosmovisión comprensitiva de los procesos de
aprehensión de los fenómenos sociales.
Creo
entonces que, desde esta cosmovisión, se requiere plasmar una postura en torno
al significado que se otorga a las teorías, pues según Morse (op. cit.) “en la
excelente fenomenología es esencial tener conocimientos sobre lo que implica la
teoría, y el por qué y cómo se usa metodológicamente” (p. 149). Así, el
conocimiento de las perspectivas que las sustentan proporciona la clave para el
enfoque y el trabajo del investigador.
Quisiera
reiterar que, la sofisticación filosófica no es la tarea principal de las
ciencias sociales, aunque la investigación social sin una reflexión informada
filosóficamente, se desarrolla de forma irreflexiva, de manera que la etiqueta
“investigación” se hace cuestionable. Pertinente a lo expresado por Rusque (op.
cit.) se comprende que “La reflexión fenomenológica parece exigir un esfuerzo
permanente de reflexión y comprensión de lo real, proceso siempre abierto y que
no se termina jamás” (p. 24).
En
cuanto a lo hermenéutico, para Heidegger (op.cit) es el método interpretativo
por medio del cual uno supera la mera descripción de lo que es manifiesto y
trata de revelar significados ocultos, sacando la mirada investigativa de los
seres concebidos de manera ingenua para devolverla al Ser mismo
(intencionalidad por la cual se trasciende hacia el Ser). El propósito es
descubrir el significado que no se manifiesta de inmediato a nuestra intuición,
interpretándolo y comprendiéndolo. El investigador debería ir más allá de lo
que se da de manera directa. Sin embargo, al intentarlo, ha de usar los
presupuestos ordinarios y cotidianos como claves de significados que no se dan,
al menos de manera explícita.
En
razón a ello, asumo las premisas de los investigadores hermenéuticos actuales,
según expresa Morse (op. cit.), quienes
En
su giro hacia las preguntas o ciencias epistemológicas, se han alejado de la
fenomenología ontológica de Heidegger y han abandonado la búsqueda filosófica
del Ser según Husserl, pues la hermenéutica se ha constituido en el método por
medio del cual se lleva a la realidad tal búsqueda. (p. 174)
A
continuación, algunas de las premisas ontológicas y epistemológicas que hacen
vida en mi quehacer de escudriñamiento: la realidad construida, asumida por
Rusque (op. cit.) como el fenómeno social cuyo constructo emerge en parte por
el sentido común del vivir la vida cotidiana y en parte, por la tarea del
investigador social. Paralelamente, la realidad intersubjetiva como la cualidad
obvia de nuestro mundo. Proceso por el cual se produce la interpretación de la
acción en el sentido subjetivo que tiene para los actores y para el
investigador. Puedo distinguir seguidamente la realidad glocal, manifestada por
Rodriguez (op. cit) como el diseño de una nueva geopolítica que da
preponderancia a los niveles globales y locales en detrimento de los espacios
territoriales tradicionales. Realidad transfronteriza, fluida, inestable, en
donde los aspectos sociales, culturales, económicos de escala global son
transversales y se manifiestan en el Ser de la organización, cuya praxis gerencial
es reticular a las realidades epocales.
Quisiera
añadir la comprensión de la investigación en las ciencias
sociales como un proceso de comunicación. Así, para ahondar en la carga de
significado de lo expuesto, contrasto de manera antagónica desde el positivismo,
ya que la comunicación en esta perspectiva se concibe como un elemento
perturbador que conspira contra la objetividad de los resultados, mientras que
en el abordaje cualitativo, se comprende que el versionante, el informante, no
se va a expresar por la exigencia de un instrumento aplicado a ella, sino como
resultado de una necesidad personal, de una identificación con la
investigación, acto que desarrollé de forma creciente dentro del propio espacio
de la misma, a través de los diferentes sistemas de relación que establecí con
los informantes claves, tales como el momento del encuentro sinérgico que
representó el desarrollo de la entrevista en profundidad, así como la
devolución sistémica de las interpretaciones que realicé de sus interpretaciones.
También
cabe señalar la subjetividad, entendida como la cualidad de lo subjetivo, lo
perteneciente o relativo al sujeto, sus motivaciones, sentimientos, recuerdos,
deseos, pensamientos y conductas que vienen a configurar su intencionalidad. Refiere
a nuestro modo de pensar o de sentir, y no al objeto en sí mismo, según expone la
Real Academia Española (2015). Al respecto, cuando
el investigador interpreta desde el lenguaje, el acontecer social del contexto
indagado, asume que dicha realidad social es subjetiva desde el actor social e
intersubjetiva para sí, y por tal, busca comprender el quehacer, indagar
situaciones, contextos, particularidades, simbologías, imaginarios,
significaciones, percepciones, narrativas, cosmovisiones, sentidos, estéticas,
motivaciones, interioridades, intenciones que se configuran en la vida
cotidiana.
Quisiera
añadir que, para Cifuentes (2011), el investigador cualitativo “no puede
comprender desde afuera, desde la neutralidad, de algo en lo que no ha
participado” (p. 30). Por contraste, se asimila entonces que no existe
subjetividad en la perspectiva positivista o postpositivista pues, cuando el
investigador asume la realidad como naturaleza objetiva, sostiene que ésta
existe con independencia de los sujetos, fuera de la mente de las personas.
Se
destaca entonces que, para superar la oposición entre objetividad (la de una
ciencia “pura” que no se contamine con el científico) y la subjetividad (implicada en los intereses, ideología y
limitaciones de éste), Schutz, citado en Campbell ( 2009), propone el concepto
de intersubjetividad, visto desde una perspectiva que obliga a considerar la
tarea del científico como un producto social, inseparable del resto de la
cultura humana, en diálogo con los demás científicos y con la sociedad entera.
En
lo pertinente a este desafío intelectual, investigo intersubjetivamente la
realidad social para develar cómo los actores sociales la interpretan, qué
simbolismos comparten, cómo la significan, qué acciones desarrollan en la
búsqueda de sostenibilidad y viabilidad
de sus organizaciones empresariales, para comprender la praxis en contextos
socioeconómicos caracterizados por políticas macroeconómicas enmarcadas en
posturas ideológicas que poco favorecen al sector privado.
Queda
por considerar la comprensión de la complejidad como cualidad de la realidad
social, inferida como representación teórica, como fenómeno multidimensional en
términos dialógicos. Aporta conceptualmente Ugas (op. cit) como “forma
epistemológica que surge en una investigación cuyo entorno no elimina el sin
sentido” (p. 15). Un elemento componente del desarrollo investigativo, un modo
de pensar el desafío y no la respuesta, según Morin (op. cit). Por tanto, la
complejidad no es un fin en sí mismo. Considero que las ciencias naturales en
su afán de reduccionismo, significan la complejidad fenoménica a un orden
simple y a unidades elementales, ignorando así la realidad social del sistema
abstracto de donde surgen los elementos a investigar.
A
raíz de ello, en contraposición al reduccionismo, considero la complejidad como
una tensión permanente entre organización y proceso, entre continuidad y
ruptura. Los sistemas complejos no se develan de forma inmediata ante el sujeto.
Sus procesos y forma de organización tienen que ser construidos a partir de
innumerables formas de expresión. Siendo así, la subjetividad como concepto
para la comprensión histórico-cultural de las nuevas perspectivas del acontecer
complejo de la realidad, permite trascender la fragmentación para
representarnos un sistema cuyas unidades y formas principales de organización
se alimentan de sentidos subjetivos definidos en diferentes áreas de la
actividad humana.
En
esta perspectiva, expone Morin (op. cit) que “la complejidad no comprende
solamente cantidades de unidades e interacciones que desafían nuestras
posibilidades de cálculo; comprende también incertidumbres, indeterminaciones,
fenómenos aleatorios” (p. 60). De este modo, la complejidad se manifiesta en la
incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro entendimiento, ya sea inscrita
en los fenómenos. Registrado esto, deseo investigar la flexibilidad de los
actores sociales en cuanto a su praxis, para guiar a sus organizaciones a
través de entornos complejos, cambiantes a nivel axiológico, económico, político,
jurídico, societal, que parecieran vivenciar un ambiente externo con coherencia
en lo ideológico a nivel local, pero marcadamente adverso en lo pragmático.
Conviene
distinguir otro elemento aportado por González Rey (op. cit), la especulación,
como parte inseparable de la construcción teórica, de ese atreverse a construir
y reconstruir aquellos procesos por los cuales un elemento componente de lo
real se vincula y relaciona, el uso de los juicios, ideas y conceptos que bien
sirven para describir el acontecer del proceso que se analiza, el pliegue del
conocer, el repliegue del pensar y el despliegue de la reflexión como
pertinentemente señala Ugas (op. cit.). Es
esa danza en lo metodológico y/o procedimental, para allegarse al conocimiento
desde el encuentro entre el investigador y su objeto de estudio, en una
relación dialógica.
Pero
hay otra definición, la dialéctica, concebida como la progresión en la que cada
movimiento sucesivo surge como solución de las contradicciones inherentes al
movimiento anterior. Tesis o afirmación; antítesis o negación; síntesis o
negación de la negación. Por su parte, la dialógica como la delegación en el
referente para juzgar si una interpretación es correcta o incorrecta. Por tal,
pueden aceptarse que dos posturas totalmente diferentes, excluyentes,
incoherentes, sean válidas, al mismo tiempo.
Al
llegar a este punto, es justo decir que asumo el rol de filósofo social (más
que científico social) pues la interpretación de la realidad social desde esta
postura (intersubjetiva con relación al otro “Ser” y entre ellos, aunque
subjetiva desde mi propio “Yo”), emerge desde la interpretación del otro
(subjetiva). Me interesa comprender cómo
interpretan su realidad los actores sociales en la cotidianidad de sus
prácticas, más no su causalidad. Y así, como
investigador debo ser capaz de “volver a las cosas”, y tal como relata Rusque
(op. cit.):
Cuestionar nada menos que nuestra cultura; es decir,
nuestro modo de mirar el mundo y comprenderlo, la forma en que se nos ha
educado, en que hemos sido socializados, para poder averiguar cómo se
manifiestan concretamente las cosas de manera directa y no a través del velo de
la cultura, incluyendo en ella el lenguaje y otras estructuras simbólicas. (p.
22)
Es
así que, la hermenéutica está representada en el análisis comprensivo del
discurso de los entrevistados, en el diálogo con el otro como estrategia para
la mutua comprensión del significado e intencionalidad que subyacen en cada
quien, legitimando la interpretación de la información obtenida, así como la
generación de la aproximación teórica que denote la intencionalidad de los
actores sociales que resulten pertinentes a los propósitos de la investigación.
Para ello se configuraron las siguientes fases:
1.
Organización de la
información obtenida de las entrevistas en profundidad a los actores sociales
que participaron en la investigación, asignando categorías de análisis, mejor
denominadas unidades hermenéuticas de significado que permitan interpretarla a
profundidad
2.
Esquematización de
las categorías emergentes del discurso de los actores sociales para determinar
las coincidencias y saturación. Desde allí, se proveyó un orden lógico,
coherente, personal, que propició delinear un viaje desde lo macro hasta la
microeconomía, en el contexto socio-económico venezolano
3.
Integración de la
información obtenida que permitió desarrollar la fase hermenéutica en su
totalidad
Actores Sociales de la Investigación
Los
actores sociales de la investigación fueron cuatro (4) gerentes de cuatro (4) organizaciones
empresariales que tienen operaciones comerciales en el estado Lara, los cuales
se seleccionaron por su disposición y conocimiento de la temática indagada y el
deseo de participar en el estudio. En torno a ello, los actores sociales
significados como informantes claves fueron aquellas personas que apoyaron la
investigación con sus saberes, voluntades y disponibilidad.
Al
respecto, Martínez (op. cit) define al informante clave como “grupo de personas
con conocimientos especiales, estatutos y buena capacidad de información. Un
buen informante clave puede desempeñar un papel decisivo y trascendental en una
investigación” (p.199). A los efectos de
la presente investigación, los informantes clave están conformados así: Gerente
General de una organización especializada en la distribución de medicinas e
insumos para la salud; Gerente General de una empresa dedicada a la importación
y distribución de equipos montacargas para el manejo de inventarios; Gerente
General de una organización prestadora de servicios financieros y gestión de
carteras de inversión y; Gerente General de una empresa dedicada al área del
microfinanciamiento empresarial. A continuación, el cuadro 1 que resume la
categorización de los actores sociales.
Cuadro 1. Actores sociales
Actores Sociales
|
Profesión
|
Cargo
|
Sector
|
Actor A
|
Abogado, Economista
|
Gerente General
|
Farmacéutico
|
Actor B
|
Contadora
|
Gerente General
|
Importación
|
Actor C
|
Consultor Financiero
|
Gerente General
|
Financiero
|
Actor D
|
Administrador
|
Gerente General
|
Microfinanzas
|
Mi
propósito al elegir a estos gerentes, se debe a que he participado en estos
contextos como director independiente en las juntas directivas de sus empresas y/o
han realizado aportes en anteriores investigaciones de índole académico. De
igual manera, les conozco y las relaciones profesionales construidas, me
facilitan el acceso a sus organizaciones y la comprensión significativa de su
discurso.
Estrategias para el Acopio de la Información.
Esta
investigación es de naturaleza cualitativa cuya intencionalidad es la mayor
aproximación posible con la realidad social problematizada, para su estudio desde
el accionar cotidiano de los actores claves, procediendo así a la recolección
de los datos primarios, que según Piñero y Rivera (op. cit) es “reducir de modo
intencionado y sistemático, mediante el empleo de los sentidos o de un
instrumento mediador, la realidad natural y compleja que se pretende estudiar”
(p. 96). Igualmente, en atención a la naturaleza cualitativa asumida en esta
investigación, las técnicas para el acopio de la información se seleccionaron
en articulación con ella, para mantener la coherencia epistémica, por lo que se
realizaron entrevistas cualitativas en profundidad a los informantes clave
seleccionados, entendidas según Taylor y Bodgan (1992) como “encuentros cara a
cara entre el investigador y los informantes, encuentros éstos dirigidos hacia
la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus
vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias
palabras” (p. 100).
Por
su parte, Piñero y Rivera (op. cit) lo sintetizan como un “espacio interactivo
dialógico entre el investigador y un sujeto informante, en el que a través de
una relación horizontal se logra la inmersión en los sentidos subjetivos que
emergen del sujeto, que habla desde un compromiso total con su expresión sobre
el tema” (p. 106). De allí, que en la entrevista “en profundidad” se realiza de
manera flexible, no estructurada, y se inquiere hasta lograr la saturación, es
decir, el momento en el cual, el informante no aporta novedad al tema o regresa
a lo ya comentado. En palabras de Morse (op. cit) “Cuando hay poco que aprender
y el entrevistador lo ha escuchado “todo” y se empieza a aburrir” (p. 37).
En
sintonía con este planteamiento, se plantearon los interrogantes pertinentes a
las unidades hermenéuticas de significado, para develar el sentido que los
actores sociales le atribuyen a la praxis gerencial en el contexto
socio-económico venezolano. La entrevista se desarrolló en las oficinas de cada
uno de los actores sociales, en un ambiente profesional, distendido y
respetuoso, con la intencionalidad de conocer los sentidos y significados que
los actores sociales otorgaban a la temática. Sin embargo, la condición unánime
de los entrevistados giró en torno a la confidencialidad, tanto del nombre del participante
como de la organización a la cual pertenece, por asuntos que versaron alrededor
de la protección al “know how” del negocio, medidas de seguridad personal y/o
temor a represalias por parte de funcionarios o instituciones públicas, por la
sensibilidad de la información compartida. Sin embargo, se utilizaron recursos
tecnológicos como la grabación de voz (con autorización del entrevistado) para
atender de igual manera la significatividad del lenguaje oral, en el contexto
de la expresión de sus ideas.
Interpretación de la Información
Una
vez se realizaron los encuentros con los actores sociales, se ordenó la
información que emana de sus discursos. Para ello, se transcribieron las
entrevistas con la mayor fidelidad posible, colocándose un número a cada línea
del texto, identificando así los párrafos que se extrajeron del texto general,
para significarlos en atención a la emergencia de códigos y categorías que
coadyuven al enlazamiento de segmentos plausibles que contribuyen a la
construcción de aportes teóricos sobre la situación problematizada en estudio.
En
todo caso, la codificación puede concebirse, según palabras de Piñero y Rivera (op.
cit) como la “manera de relacionar nuestros datos con nuestra idea acerca de
ellos” (p. 125). Así, la codificación viene a vincular todos los fragmentos de
datos, a una idea o concepto en particular. Por su parte, las categorías vienen
a buscar el sentido o estructura de los códigos, con la intención de desarrollar
teoría a partir de ellas, expandiendo, recontextualizando la información para
abrir más posibilidades analíticas. Al respecto, Gomes (2003) considera que
“las categorías son empleadas para establecer clasificaciones, agrupar
elementos, ideas y expresiones en torno a un concepto capaz de abarcar todo”
(p. 55).
Así,
se obtuvo una delimitación de áreas significativas que Martínez (op. cit) las
define como “grupo de unidades significantes” (p. 177) que a nuestro propósito
son bautizadas como “unidades hermenéuticas de significado”, las cuales son
susceptibles de interpretación. A continuación, se expone el cuadro 2 a
utilizar para sistematizar la información:
Cuadro 2. Matriz de categorización del discurso de los
actores
Unidades
hermenéuticas de significado
|
Narrativa
de los actores sociales
|
Códigos
y categorías
|
Interpretación
|
Técnicas para Legitimar el Conocimiento
En
investigación cualitativa, se requiere ser muy precisos con los criterios de
legitimidad del conocimiento, de las interpretaciones realizadas del discurso
de los actores sociales, para no recibir el apelativo de “subjetivismo puro”
sobre los aportes conversacionales configurados, lo que restaría credibilidad
al proceso científico de producción del conocimiento y de lo que de allí se genere.
Por ello, hay que evidenciar coherencia epistémica, concordancia con lo real y
articular la declaración paradigmática, la razón epistemológica con el método y
las técnicas para el acopio y la interpretación de la información. Esta
coherencia legitima la construcción realizada en términos de su cientificidad.
En
este sentido, exponen Piñero y Rivera (op.cit) que “la legitimidad de la
investigación cualitativa y de los productos que de ella se generan no puede
buscarse en los resultados, ni en su transferibilidad ni en su incidencia en el
mundo social, político, económico” (p. 139). Por el contrario, la singularidad
en la construcción de posibilidades teóricas de sentidos y significados se
constituye como la instancia legitimadora, en tanto se atienda la coherencia
epistémica y procedimental, la calidad de la transcripción, del diseño
investigativo y el uso de técnicas tales como la devolución sistemática y la
triangulación.
En
atención a ello, la devolución sistemática es el criterio de legitimidad que procede
de la confrontación de la interpretación de las narrativas de los actores
sociales emanadas de las entrevistas en profundidad, a fin de contrastar los
significados y sentidos creados por ellos, así como las interpretaciones que
desarrolló el investigador en un proceso de triangulación. De esa manera se
asumen los razonamientos expresados por Taylor y Bodgan (op.cit), en cuanto a
presentar la interpretación de la narrativa de los actores a los mismos para su
revisión y validación interna, con el propósito de asegurarse que lo
interpretado, es efectivamente lo que quisieron expresar sobre el tema. Por
ello, les fue remitido a los actores sociales, vía correo electrónico, las
interpretaciones y consideraciones reflexivas, cuyo contenido fue comentado vía
verbal en algunos casos, y devuelto electrónicamente en otros, donde
manifiestan su concordancia con las interpretaciones que realicé, amén que
manifestaron la ininteligibilidad de algunos términos filosóficos utilizados,
los cuales les comenté en beneficio de su comprensión. De esta manera, se
considera la legitimidad, tanto de la información presentada como de la técnica
utilizada, que los autores citados definen como la devolución sistemática.
Por
su parte, la triangulación comprende la acción de reunión y cruce dialéctico de
toda la información pertinente a la investigación, usando distintos puntos de
vista en la búsqueda de una mayor precisión en la interpretación, propiciando
la credibilidad de los hallazgos al obtener información de diferentes fuentes,
ofreciendo de esta manera la complementariedad y la referencialidad de
perspectivas requerida para este tipo de estudio. El prefijo "tri" de
triangulación no hace referencia literalmente a la utilización de tres tipos de
medida sino a la pluralidad de instrumentos de investigación, versionantes,
enfoques teóricos, fuentes, entre otros. Vale destacar, que Sandín (op. cit)
hace referencia a las voces críticas que cuestionan la relevancia y la
posibilidad que esta técnica tiene para “garantizar la credibilidad de los
resultados” (p. 199), pero ello apenas es una muestra de los debates que aún se
mantienen sobre los criterios de credibilidad de los estudios cualitativos en
el ámbito de las ciencias sociales.
En
lo concerniente a la presente investigación, la triangulación proviene, tanto
de los actores sociales que participaron en las entrevistas en profundidad,
cuyos criterios de vida, particulares y profesionales, enriquecieron el corpus
interpretativo, como de las fuentes bibliográficas utilizadas, que acompañaron
y dieron sustento al proceso interpretativo y reflexivo, de acuerdo al estado
del arte sobre los diversos tópicos pertinentes que asomaron a lo largo de los
encuentros con los entrevistados. Así, se hizo la triangulación para descubrir
coincidencias en el discurso de los actores sociales en aras de significar,
fortalecer y legitimar los hallazgos, que según Martínez (op. cit) refiere a
regularidades o patrones. En tales cruces, se fortalecen los hallazgos y se
legitiman las categorías emergentes que permitieron la apropiación de segmentos
teóricos que dieron la oportunidad a la emergencia de la aproximación teórica
con respecto a la praxis gerencial en el contexto socio-económico venezolano,
desde la cosmovisión de los actores sociales que fungen como gerentes en
empresas de servicio en el estado Lara.
Presentación de los Hallazgos
El
encuentro con los actores sociales en ocasión de las entrevistas en
profundidad, giró en torno al abordaje indagativo sobre tres unidades
hermenéuticas de significado, que se fueron configurando a medida que la
investigación avanzaba a través de sus diversos momentos, quedando definidas
matrices de análisis como: la praxis gerencial, el contexto socio-económico
venezolano y los desafíos que enfrentan las empresas de servicios, considerados
ejes temáticos que devienen de los propósitos de la investigación y el fenómeno
a indagar. Es así que, cada entrevista en profundidad quedó grabada en formato
de sonido, el cual fue plasmado en su integralidad, utilizando la plantilla resumida
en el cuadro 3, que se muestra a continuación:
Cuadro 3. Formato para la transcripción de las
entrevistas en profundidad.
Líneas
|
Narrativa
Actor Social
|
Preguntas del Investigador
|
|
1
|
|
2
|
Respuesta del Actor Social
|
3
|
|
4
|
Seguidamente,
de la aproximación hermenéutica a la narrativa emergió un acervo de códigos, categorías
emergentes y significados interpretados por el investigador, que fueron
reflejados en matrices hermenéuticas como se visualiza en el cuadro 4.
Cuadro 4.- Matrices hermenéuticas para la integración del
discurso de los actores sociales.
Unidad
Hermenéutica
|
Comentarios de los Actores
|
Código y Categoría Emergente
|
Interpretación del
Investigador
|
Praxis
Gerencial
|
Actor Social A
Líneas: XX-XX
Discurso del
Actor Social
|
CO-PG-A
Código
CE-PG-A
Categoría
Emergente
|
Interpretación
del discurso del Actor Social, por parte del Investigador
|
De
esta manera, se facilita el presentar los hallazgos de forma escrita, a
los fines de significar la comprensión de las realidades abordadas, para
articular e imbricar los segmentos plausibles que converjan en una aproximación
teórica sobre los aportes que asoman de la investigación.
Como
corolario, promulgo que esta investigación es de naturaleza cualitativa, con
una matriz epistémica naturalista que asume
el paradigma interpretativista fundamentado en la postura epistemológica
socio-constructivista, en sus corrientes fenomenológica y hermenéutica, cuya
intencionalidad es interpretar y comprender la praxis gerencial en el contexto
socio-económico venezolano desde la perspectiva de la alta gerencia en empresas
de servicios, que hacen vida en el estado Lara.
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