Capítulo I del Trabajo de Grado para optar al grado de Magister Scientiarum en Gerencia Financiera. Planteamiento del Problema
Es en septiembre del año dos mil (2000), cuando ciento ochenta y nueve (189) Estados miembros de las Naciones Unidas, de los cuales ciento cuarenta y siete (147) estaban representados por jefes de estado y de gobierno, firman un nuevo compromiso mundial para el desarrollo, cuya expresión política quedo reflejada en la Declaración del Milenio, que se traduce en los siguientes objetivos: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
De esta manera, la agenda multilateral en este concierto de naciones, retoma una visión integral del desarrollo, partiendo de la premisa de universalizar no sólo los derechos civiles y políticos sino también los derechos económicos, sociales y culturales, sobre la base del concepto de que los seres humanos, tienen como tales los mismos derechos.
Sobre la base de lo anterior, las resultas del cambio de enfoque de las políticas públicas que se deriva de la Declaración del Milenio son profundas, (Naciones Unidas, 2007), pues significan fundamentalmente que el sistema económico debe estar subordinado a objetivos sociales más amplios.
En un estudio sobre la superación de la pobreza en Venezuela (Ugalde, L y otros, 2005) se destaca lo siguiente: “no se estudia el tema de la pobreza sin que medie en ello un interés especial, bien sea para comprenderla desde el campo académico o para luchar contra ella.” Mediante el desarrollo de políticas públicas que involucren a organismos de desarrollo social, organizaciones no gubernamentales, religiosas, universidades, sector privado, entre otros, puede reducirse esta perenne carencia humana.
En tal sentido, a pesar de algunos adelantos en materia social, América latina y el Caribe ostentan la lamentable característica de ser la región más inequitativa del mundo (Naciones Unidas, 2005). La región, afectada por bajas tasas de crecimiento por largos períodos, ha sido incapaz de reducir la desigualdad en la distribución del ingreso y en el acceso a activos productivos. En no menor medida esto se ha visto agravado por la falta de empleos, tanto en términos cuantitativos como cualitativos, que permitan a los trabajadores liberarse de la pobreza.
De lo anterior se desprende que, la desigualdad inicial, el insuficiente y volátil crecimiento económico y la falta de empleos de calidad están en la base de la persistencia de la pobreza, que afecta en promedio al cuarenta y tres por ciento (43%) de la población, incluido un ocho coma siete por ciento (8,7%) que vive en pobreza extrema, según las Naciones Unidas, en su reporte 2007 de los Objetivos del Milenio.
En perspectiva, la proporción del consumo que corresponde al quintil más pobre de la población en la zona geográfica en referencia, representa el dos coma ocho por ciento (2,8%) para el año 1990 reduciéndose aún más en el año 2004, al caer al dos coma siete por ciento (2,7%), anticipando que los beneficios del crecimiento económico se distribuye de manera desigual en esta parte del mundo, en sintonía con la tendencia mundial. Comprobando así que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para reducir la pobreza y la desigualdad.
Por otro lado, tanto las economías desarrolladas como las emergentes no están consiguiendo brindar oportunidades laborales a un ritmo lo suficientemente rápido como para ofrecer pleno empleo a sus jóvenes. Desde 1996, la cantidad de jóvenes desempleados ha aumentado de setenta y cuatro (74) millones hasta ochenta y seis (86) millones en el año 2.006. Esto representa a casi la mitad de los ciento noventa y cinco (195) millones de desempleados del mundo.
Por su parte, los jóvenes suelen tener más dificultades que los adultos a la hora de encontrar trabajo, y en muchos países, la probabilidad de desempleo de los jóvenes es tres veces mayor. En 2006, el desempleo juvenil alcanzó el trece coma seis por ciento (13,6%) en comparación con la tasa de desempleo en adultos de cuatro coma cuatro por ciento (4,4%). Garantizar que los jóvenes tengan una salida productiva para su energía y sus aptitudes es un elemento indispensable para la erradicación de la pobreza.
Así pues, el desempleo es únicamente uno de los aspectos de los mercados laborales de bajo rendimiento. Demasiado a menudo, los trabajadores disponen de un empleo, pero tienen que trabajar jornadas laborales inaceptablemente largas y con acuerdos laborales discontinuos e inseguros, que se caracterizan por una baja productividad, exiguos ingresos, protección laboral reducida y derechos mermados. Todos (mujeres y jóvenes) tienen derecho a aprovechar su potencial y a escapar de la trampa de la pobreza a través de un empleo digno y productivo.
En atención a lo señalado, encarar los desafíos regionales y globales en esta etapa histórica que atraviesa la región, demanda creatividad, originalidad y osadía en la generación e implantación de soluciones, sabiendo de antemano que a los pobres les cuesta mucho tiempo mejorar su situación.
De modo que, hoy en día se considera una forma de contribuir al desarrollo económico ofrecer oportunidades para que las personas puedan llevar a cabo actividades productivas que promuevan su propio desarrollo a través de experiencias empresariales.
Como una respuesta a esta premisa, surgen las microfinanzas, como un enfoque de desarrollo económico dirigido a beneficiar a mujeres y hombres de bajos ingresos (Ledgerwood, 2000). La expresión se refiere a la prestación de servicios financieros a clientes de bajos ingresos, incluyendo a los autoempleados. Los servicios financieros, por lo general, incluyen ahorro y crédito, pero la definición de las microfinanzas frecuentemente incluye tanto la intermediación financiera como la intermediación social, tales como la formación de grupos, el desarrollo de la confianza en sí mismos y el entrenamiento para desarrollar las capacidades financieras administrativas entre los miembros de un grupo.
Destaca el número cada vez mayor de historias de éxito (Bornstein, 2007) bien documentadas e innovadoras en ambientes tan diversos como el Bangladesh rural. Experiencias como el Grammen Bank en Bangladesh, del recién laureado Premio Nobel de la Paz (2006), Muhammad Yunus han estimulado el desarrollo de nuevas experiencias en este campo.
Y así, el sector de las microfinanzas presenta un crecimiento sostenido durante las últimas décadas. Si bien es una tendencia mundial, auspiciada por instituciones como el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidas, el Banco Interamericano de Desarrollo, entre muchos otros, América Latina no escapa de esta realidad (Berger, 2007). Si bien la industria ha crecido en todo el mundo y hay actores destacados en cada región, las instituciones de América Latina sobresalen por su integración en el sistema financiero formal y por sus admirables indicadores de crecimiento, cobertura y rentabilidad.
En términos concretos, las Instituciones Microfinancieras (IMF) atienden principalmente las necesidades de financiamiento de la gente pobre, otorgan servicios de crédito y ahorro para promover la formación y desarrollo de microempresas, ofrecen oportunidades para que la gente de escasos recursos pueda emprender actividades productivas y autoemplearse. Hacia finales de 2.004 y según Berger, 80 de las instituciones de microfinanzas más importantes de América Latina (tanto ONG como instituciones financieras formales) brindaban servicio a más de cuatro (4) millones de clientes, con una cartera combinada de préstamos por un valor de cuatro mil (4.000) millones de dólares.
En todo caso, el financiamiento a las micro y pequeñas empresas requiere de instituciones microfinancieras que en su operación interna puedan cubrir sus costos operativos, sin acudir a subsidios o capitalizaciones tanto públicos o privados, lo cual depende de una eficiente administración interna y el uso de las mejores prácticas con el fin de mantener e incrementar su cartera de clientes. Por otra parte, los empleados requieren capacitación continua y planes adecuados para permanecer y desarrollarse dentro de la institución. A su vez, la preparación y profesionalización de las personas que dirigen estas instituciones adquiere cada vez mayor relevancia debido a la necesidad de hacer más eficiente la transferencia del crédito mediante costos accesibles.
Es importante señalar que, los sistemas legales de regulación microfinanciera que antes no existían, han adquirido mayor vigencia obligando a las instituciones a ser más competitivas. Algunos mercados empiezan a mostrar signos de saturación, con la presencia cada vez mayor de una competencia más intensa. Las instituciones microfinancieras se ven en la necesidad de enfrentar el reto de la competitividad y al mismo tiempo desarrollar su mercado para poder seguir creciendo.
En las microfinanzas, la eficiencia se entiende como el acierto con la cual una institución microfinanciera asigna los insumos (activos, personal, subsidios, entre otros) para conseguir los mejores resultados (número de préstamos, autosuficiencia financiera y alcance en la lucha contra la pobreza). La eficiencia de una institución microfinanciera sólo puede evaluarse en comparación con otra de su misma clase, a saber, unidades que operan en mercados semejantes y con sistemas comparables de gestión institucional.
A su vez, se espera de las instituciones microfinancieras utilizar la menor cantidad de insumos (tiempo de personal, capital, entre otros) para producir el mayor número de préstamos, llegar hasta los clientes que tienen un acceso limitado a los servicios bancarios y ofrecer una serie de servicios valiosos.
Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio destaca fomentar una alianza mundial para el desarrollo lo cual implica el reconocimiento, la aceptación de que la lucha contra la pobreza es una empresa colectiva cuyos resultados beneficiaran a todos los países. Venezuela, como miembro de esta iniciativa tiene como meta en cooperación con los países en desarrollo, elaborar metas y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes un trabajo digno y productivo. Sin embargo, entre los principales hallazgos y desafíos para la región (Naciones Unidas, 2007), los problemas de insuficiencia de empleo y de baja calidad de estos son los más apremiantes: el desempleo abierto aumentó del seis coma nueve por ciento (6,9%) en 1.990 al diez por ciento (10%) en 2.004, y el sector informal urbano y las actividades agrícolas de baja productividad absorben más de la mitad del empleo de la región.
En este orden de ideas, la aplicación de diferentes políticas económicas en Venezuela en los últimos años ha influido directamente en la marginalización de un amplio sector de la sociedad entendiendo el término en ámbitos de desarrollo tales como cultural, económico, jurídico. Basta consultar la última medición de pobreza, según el informe de concentración del ingreso de los hogares por tramo de distribución, 1er semestre de 1.997 – 1er semestre de 2.009 (Instituto Nacional de Estadística INE, 2.009) para reconocer el incremento para el primer semestre del año 2.008 de un treinta y uno coma noventa y cinco (31,95%) del quintil más pobre de la población con respecto al año 1.997, al pasar de un cuatro coma uno (4,1 %) de los habitantes del país a un cinco coma cuarenta y uno (5,41%), aproximadamente un millón quinientos catorce mil ochocientos (1.514.800) venezolanos que sufren la pobreza extrema.
Por otra parte, cabe destacar que para el último año del período de la presente investigación, el país se encontraba en una etapa de gran bonanza representada por los ingresos adicionales en concepto de exportación del Petróleo (Ministerio de Finanzas, 2008), cuyos ingresos no lograron llegar de forma eficiente a las clases menos favorecidas, creando una paradoja incomprensible que versa sobre la existencia de un país rico en recursos naturales con una población con altos márgenes de pobreza.
Así mismo, en Venezuela, según cifras de la Gerencia de Estadísticas Económicas del Banco Central de Venezuela para el año 2.008 muestra un Producto Interno Bruto consolidado por el orden de cincuenta y siete mil novecientos veintisiete (57.927) millones de bolívares, el cual está representado por los aportes de la actividad petrolera, la actividad no petrolera y los impuestos netos sobre los productos.
Conviene destacar el aporte estimado del sector Instituciones Financieras y Seguros, el cual se ubica en dos mil quinientos sesenta y un (2.561) millones de bolívares para el año 2.008. Este sector lo conforman el Banco Central de Venezuela, el sistema de Bancos Comerciales y Universales, el sistema de Bancos Hipotecarios, el sistema nacional de Ahorro y Préstamo y el sistema de Bancos de Inversión adicional a las instituciones dedicadas al área de Seguros.
En base a la tipología delineada en la Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras y según la Superintendencia que rige al sistema financiero (Sudeban, 2.010), el sector de las instituciones financieras para el mes de diciembre del año 2008 estaba conformado por la Banca Comercial y Universal (39 instituciones), Banca con Leyes Especiales (4 instituciones), Banca Hipotecaria (1 institución), Banca de Inversión (4 instituciones), Banca de Desarrollo (7 instituciones), Empresas de Arrendamiento Financiero (1 institución), Entidades de Ahorro y Préstamo (2 instituciones) y Fondos de Mercado Monetario (2 instituciones).
Los resultados al cierre del ejercicio económico 2008 (Sudeban, 2.010), muestran que la cartera de créditos vigentes del sistema bancario venezolano registró un monto de ciento treinta y dos mil novecientos setenta y cinco (132.975) millones de bolívares, lo que representó un incremento nominal de veinticinco coma setenta y nueve por ciento (25,79%), al compararse con la cartera de créditos vigente al cierre del año 2.007, ubicado en ciento cinco mil setecientos trece (105.713) millones de bolívares.
En cuanto a la banca de desarrollo, que para el cierre del año 2.008 estaba representada por: Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela BANDES, Banco Real, Banco de la Gente Emprendedora BANGENTE, Banco del Sol, Mi Banco, Bancrecer y Bancamiga, el consolidado de la cartera de créditos vigentes se ubicó en setecientos treinta y ocho coma veintisiete (738,27) millones de bolívares, experimentando un crecimiento nominal de un doscientos dos coma treinta y dos por ciento (202,32%), al compararse con los trescientos sesenta y cuatro coma noventa (364,90) millones de bolívares vigentes para el cierre del ejercicio 2.007 (Sudeban, 2.010).
Como se desprende de las anteriores cifras, el conjunto de instituciones financieras pertenecientes a la banca de desarrollo presentó un salto muy significativo en el otorgamiento de créditos al sector microempresario del país, en línea con las políticas gubernamentales de promoción y apoyo, así como las necesidades de apalancamiento de los beneficiarios.
En la actualidad, en Venezuela, las organizaciones en mayor o menor escala están adecuándose a la tendencia de la responsabilidad social de las empresas; La atención a ese amplio sector de la población que en innumerables ocasiones se encuentra marginado en cuanto a la adquisición y disfrute de bienes y servicios, imposibilitados por los altos costos y la ausencia de planes de financiamiento que se adapten a sus posibilidades económicas, ahora cuenta con organizaciones como Asociación Civil para el apoyo a la Microempresa, capítulos Carabobo, Maracaibo, Barcelona, San Cristóbal, Lara, Asociación Civil Uniandes, Fundación Vivienda Popular, Mano Amiga A.C., Bankomunales, Finanpyme, Fundación Prosperar, Cooperativa San José Obrero, entre otros. (Venamchan, 2007)
En esta línea, sólo en el año 2.007, el sector financiero recibió dos nuevos bancos de desarrollo que buscan hacerse de parte del mercado, Banco Real y Bancamiga. La aparición en Gaceta Número 37.164, en fecha 22 de marzo del año 2.001, del Decreto con Fuerza de Ley de Creación, Estímulo, Promoción y Desarrollo del Sistema Microfinanciero sigue propiciando la entrada en escena de nuevas instituciones microfinancieras.
Sin embargo y siendo que en los últimos años se ha registrado una presión creciente por mayor transparencia en las microfinanzas, donde destacan el uso cada vez más frecuentes de indicadores financieros e institucionales para medir el riesgo y el rendimiento de las instituciones microfinancieras (Stauffenberg, 2003) se considera pertinente realizar un estudio del desempeño financiero de instituciones microfinancieras que hacen vida en Venezuela, circunscribiendo dicho análisis a las existentes en Barquisimeto, Estado Lara.
La falta de indicadores universales en microfinanzas hizo que una agencia calificadora especializada en microfinanzas llamada MicroRate invitara al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al Grupo Consultivo para Asistencia a los Más Pobres (CGAP), a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y a otras dos agencias calificadoras -MCRIL y Planet Rating - a reunirse y acordar los nombres y las definiciones de un conjunto de indicadores comúnmente utilizados.
Los esfuerzos de este llamado "Grupo de Mesa Redonda" resultaron en la selección de una lista de veinte definiciones de indicadores de desempeño, considerándolos, los más significativos en cuanto a evaluación se refiere. Estos, se clasifican en cuatro categorías principales: Calidad de la cartera, eficiencia y productividad, gestión financiera y rentabilidad, que tomados en conjunto, proporcionan una visión general del desempeño, riesgos y situación financiera de una institución de microfinanzas.
Una de las áreas de análisis que por largo tiempo ha sufrido la falta de indicadores es la de gerencia y gobierno, incluyendo la estructura organizativa, la medición de desempeño, las prácticas de cumplimiento, flujo de información, el "know-how" de microfinanzas y la estructura de propiedad. Además de ser absolutamente crítica para determinar el riesgo general y el potencial futuro de una institución, también es un área difícil de cuantificar. Considerando que los esfuerzos para desarrollar indicadores apropiados para medir gerencia y gobierno son algo recientes, estas áreas no han sido consideradas objeto de estudio en la presente investigación.
En Venezuela, la industria microfinanciera se encuentra aún en fase inicial y en consecuencia, adolece de investigaciones sobre la problemática del desempeño desde el punto de vista financiero, que pudieran acusar dichas organizaciones en nuestro entorno socioeconómico y su marco legal. ¿Son las condiciones macroeconómicas favorables, el crecimiento dirigido, la movilización de depósitos, el control de costos, factores de importancia que contribuyen al éxito y sostenibilidad de las instituciones microfinancieras objeto de estudio?
Para atender las interrogantes sobre la industria microfinanciera en el Estado Lara, se pretende realizar una investigación que considere analizar el desempeño financiero de las instituciones participantes, estimulando un punto de encuentro que promueva el crecimiento y la coherencia, a objeto de contribuir en su fortalecimiento y mejora de desempeño, en términos de rentabilidad, autosostenibilidad y alcance.
En este sentido, para el análisis del desempeño financiero de las instituciones microfinancieras, se profundiza en el estudio de áreas tales como: calidad de la cartera, eficiencia y productividad, gestión financiera y rentabilidad. Es necesario destacar, que existen otros aspectos que contribuyen de igual manera con el objetivo propuesto, pero los indicadores a utilizar podrían considerarse lo más importantes en los mencionados aspectos.
Objetivos de la Investigación
General
Analizar el desempeño financiero de las instituciones microfinancieras, en Barquisimeto, Estado Lara, para el período 2.005 - 2.008.
Específicos
1. Diagnosticar la situación actual del sector e instituciones microfinancieras, en Barquisimeto, Estado Lara.
2. Analizar en términos de eficiencia, los indicadores de gestión financiera de las instituciones microfinancieras, en Barquisimeto, Estado Lara.
3. Evaluar comparativamente, la eficiencia de las instituciones microfinancieras, que tienen sede en Barquisimeto, Estado Lara.
Justificación e Importancia
La presente investigación está enmarcada en el campo de las ciencias sociales y su importancia radica en el análisis del desempeño financiero de las instituciones microfinancieras ya que dicho estudio permitirá visualizar de manera general, el grado de eficiencia con el cual cumplen su misión, así como el alcance de su cartera de créditos, las áreas productivas que atienden, los funcionarios de crédito que contratan, la generación de microempresas, entre otros.
En el campo social y político, analizar el desempeño financiero de las instituciones microfinancieras en Venezuela, amén del carácter de diagnóstico evaluativo que tiene la investigación, buscará ofrecer orientación a los diseñadores, ejecutores de políticas públicas y directores de instituciones sobre cómo enfrentar el tema de la autosostenibilidad de las instituciones microfinancieras y la reducción de la pobreza.
A su vez, se desea crear un punto de encuentro entre las mejores prácticas presentes en la industria, y así convertir este trabajo en un instrumento valioso como referencia para las instituciones que participan o desean incursionar en el incipiente mercado microfinanciero venezolano.
Alcance y Limitaciones
El alcance de esta investigación consiste en analizar el desempeño financiero de las instituciones microfinancieras que tienen sede en Barquisimeto, Estado Lara, mediante la determinación de indicadores de gestión en el campo financiero y la información aportada por dichas instituciones, tomando en consideración la línea que une a estas organizaciones a pesar de sus diferentes tipologías, a saber, la importancia de la eficiencia.
Aunque el análisis de la filosofía del negocio y propuestas de optimización de procesos internos pudieran corresponder a este análisis, esta investigación se limita a desarrollar los objetivos propuestos.
Lcdo. Rafael Becerra M.Sc.
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