martes, 10 de enero de 2012

Necesidad de Investigación Gerencial en Venezuela


Para dar inicio al presente artículo, es imprescindible conceptualizar y contextualizar aquellos aspectos que consideramos más pertinentes a la temática por abordar, en función de concientizar en los lectores sobre la necesidad o no, de desarrollar investigaciones exploratorias, de comprobación o solución de problemas, enfocadas en el quehacer gerencial en Venezuela.
De esta manera, Ryan (2004), plantea que investigar es “una actividad que todas las personas llevan a cabo para conocer más sobre el entorno y el impacto que se tiene sobre el”. Este proceso de descubrimiento intelectual tiene el potencial de transformar el conocimiento y comprensión del mundo que nos rodea. Sin embargo, en una era marcada por medios de comunicación como la televisión o el internet, se denota en la sociedad un desprecio inconsciente por la preparación académica y profesional que la labor investigativa requiere per se.
Por su parte Garay (2005) define la gerencia como la gestión en el tiempo, en ambientes de incertidumbre, de recursos que son escasos y limitados, para satisfacer necesidades que son reales o imaginarias. Y Márquez (2009) ahonda en el tema al proponer dos dimensiones de la realidad gerencial: la profesional, basada en una propuesta empírica y funcionalista del proceso organizacional y empresarial, pero que desconoce los paradigmas que la fundamentan y por otra parte la académica, que propone realidades teóricas de discernimiento profundo, con operacionalización de ideas gerenciales pero carentes del conocimiento praxológico.
Montilla (2010) en el análisis de resultados que sustentan su tesis doctoral, dibuja con certeza el divorcio existente en Venezuela entre las realidades profesionales - empresariales y las realidades teóricas - académicas. La falta de proactividad de quienes deberían rediseñar los pensum para adecuarlos a la extraordinaria competitividad existente en el ámbito empresarial-gubernamental, impulsado por la globalización, hace que un gran número de graduados a nivel de pregrado y postgrado presenten debilidades de tipo ético, conceptual y cognitivo, que les impide asumir los retos para lo cual requieren ser contratados.
En contraparte, España (2004) ofrece como resultados de la investigación titulada “Detrás de la Pobreza” la ausencia de actitudes modernas en los sectores desfavorecidos. Las creencias y los mapas interpretativos que disponen los individuos para construir actitudes productivas depende de la interacción social y los espacios donde ella ocurre, destacando la empresa, junto a la familia, la escuela, las asociaciones civiles y las organizaciones religiosas. Pero concluye como tragedia que las élites en Venezuela (entiéndase dirigentes y empresarios) carecen por igual de estas actitudes indispensables para la movilidad social.
Una prueba de lo anterior, puede ser tomada del particular entendimiento e interpretación por parte del empresariado, de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación, que en su artículo 27 señala algunas actividades consideradas aportes e inversión, tales como fortalecimiento de Centros de Investigación y Desarrollo, en postgrados, maestrías, doctorados o equivalentes, en universidades del país.
Sin embargo, la aparente incoherencia entre la visión de las universidades por una parte y el aparato productivo por el otro, impulsaba al empresariado a desarrollar proyectos de inversión para ser ejecutados en sus mismas instalaciones o en beneficio de su propio capital humano. Pero fue tal la generalidad de esta práctica que obligó una reforma de la mencionada Ley, en fecha 16 de diciembre de 2.010, para entre varios aspectos, crear un ente recaudador y administrador de estos fondos, conocido como Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (FONACIT).
Llegados a este punto, nos resulta útil revisar los mayores avances que han surgido en el campo que nos compete, destacándose el diseño de herramientas gerenciales de alto impacto a nivel organizacional, que fueron moda e innovación en su debido contexto histórico y proveyeron modelos que permitieron y aún permiten a la directiva empresarial, la optimización de resultados, medidos éstos de manera cuantitativa.
Resalta la “Gestión de Calidad Total” propuesta por el Dr. Edward Deming, estadista y profesor, ignorado por las corporaciones norteamericanas, quien en 1.950 emigra a Japón para enseñar a administradores, ingenieros y científicos como producir calidad, entendida como una serie de cuestionamientos en pro de la mejora contínua. Un documental de la NBC emitido en 1.980 lo catapulta a la fama en su país natal, siendo requerido para consultas y conferencias por empresas como Ford, General Motors y Dow Chemical por nombrar algunas.
La década de los noventa se caracteriza por los aportes de los investigadores Hammer y Champy, en su “Reingeniería de Procesos” entendida como “la reconcepción fundamental y el rediseño radical de los procesos de negocios para lograr mejoras drásticas de desempeño en áreas tales como costos, calidad, servicio y rapidez”. Preguntas como ¿por qué hacemos lo que hacemos? y ¿por qué lo hacemos como lo hacemos? transformaron radicalmente innumerables organizaciones.
Kaplan (2002) sigue profundizando en la medición y la gestión en la era de la información. La herramienta “El Cuadro de Mando Integral” marca el comienzo de un nuevo siglo, dando respuesta al creciente cuestionamiento a la utilidad de la contabilidad de gestión tradicional, excesivamente centrada en los aspectos contables y financieros. Para ello, se enfatiza en la conversión de la visión y estrategia de la empresa en objetivos e indicadores estratégicos, desde las perspectivas: financiera, cliente, procesos operativos internos y aprendizaje – crecimiento.
Como se observa, las anteriores herramientas gerenciales de comprobada aplicabilidad surgen de profundos estudios en el campo organizacional, abordados desde el punto de vista cuantitativo. Y desde una perspectiva paradigmática post-positivista debe ser así, puesto que lo medible es indispensable en un sistema capitalista, que se fundamenta en conceptos claves para el aprovechamiento óptimo del potencial de creación de riqueza de las sociedades, tales como Rentabilidad, Competitividad, Acumulación de Capital y Remuneración de los Factores de Producción como bien lo plantea Gómez (2007).
Surge en este punto una incongruencia interesante de analizar. Si la objetividad ha sido una práctica de alta preferencia por la alta gerencia en Venezuela, en cuanto al abordaje de las realidades organizacionales, entonces ¿por qué la insignificante proporción de tesis doctorales en Gerencia enmarcadas en una metodología cuantitativa? (entiéndase el anterior juicio por revisión de investigaciones a nivel local, Universidad “Yacambú” y Fermín Toro” respectivamente. Barquisimeto, Venezuela).
Ahora bien, ¿nuevas herramientas gerenciales como constructos de investigaciones cuantitativas permitirían conciliar las necesidades insatisfechas del mundo empresarial con los insumos esperados desde los claustros universitarios? No necesariamente. Incluso a nivel gubernamental surgen líneas de acción política y social que enfatizan los aspectos cualitativos, en procura de la disminución de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad.
En el campo social, autores prospectivos como Ohmae (2005) y Toffler (2007) dan vislumbres de un mundo sin fronteras donde los desafíos y las oportunidades giran en torno a nuevas realidades como el prosumo, reordenación y ecología del tiempo, confianza en el conocimiento, entre otros. Por su parte, El-Erian (2009) y Soros (2008) proponen nuevos paradigmas en el campo económico y financiero, como formas de entender la profunda crisis financiera de alcance mundial que tiene en las organizaciones empresariales como uno de sus principales iniciadores y protagonistas.
No es motivo del presente ensayo analizar la factibilidad y viabilidad del proyecto político denominado “Socialismo del Siglo XXI”, instaurado en Venezuela desde 1.999, pero no cabe duda que sólo aquellas organizaciones empresariales que se adapten al entorno macro local, tienen alguna posibilidad de persistir en el tiempo. Siendo esto así, se abre un amplio abanico de posibilidades para que doctorandos y doctorandas realicen investigaciones de tipo cualitativo en el campo gerencial, por necesidades muy actuales que surgen, no solamente de los empresarios en nuestro país, sino del mismo gobierno de turno.
El Ministerio de Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, del Gobierno Bolivariano de Venezuela, por medio de consultas a comunidades e instituciones, identificó necesidades de investigación a nivel nacional, que enmarcadas en las directrices, estrategias y políticas establecidas en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, orientan la investigación e innovación científica en las siguientes áreas: ambiente, energía, telecomunicaciones, política y sociedad, educación, vivienda, hábitat y desarrollo urbano, salud colectiva y seguridad y soberanía alimentaria.
En cada una de las áreas ya referidas, las organizaciones empresariales, educativas, gubernamentales y comunitarias, juegan un papel protagónico. Sin embargo, en el documento “Necesidades de Investigación 2.011” emitido por este Ministerio, la Universidad “Yacambú” no aparece en el listado de instituciones consultadas. Es imprescindible que nuestra alma mater, y nosotros con ella, asumamos un rol proactivo en este aspecto, lo cual puede a su vez coadyuvar para que las tesis doctorales que surjan en lo adelante generen conocimiento necesario para el desarrollo del país.
Para quienes redactamos el presente artículo, las áreas de ambiente y política; y sociedad, desglosadas en el documento ya citado, surgen como nichos de investigación natural que pueden orientar la investigación, como elemento primigenio de nuestra respectiva tesis doctoral.
Por todo lo anterior, consideramos y justificamos la necesidad de investigación gerencial en Venezuela.
Doctorandos
Becerra Rafael y Palacios Luis
Referencias
El-Erian, M. (2009). Cuando los mercados chocan. Bogotá. Editorial Norma S.A.
España, L. (2005). Detrás de la pobreza. Caracas. Editorial Ex Libris.
Garay, U. (2005). Fundamentos de Finanzas con aplicaciones al mercado venezolano. Caracas. Ediciones IESA.
Gómez, E. (2007). Capitalismo solidario versus Socialismo del siglo XXI. Caracas. Editorial CEC, SA
Kaplan, R. y Norton, D. (2002). Cuadro de Mando Integral. Barcelona. Ediciones Gestión 2.000, S.A.
Márquez, J. (2009). La Nueva Gerencia y las Transformaciones Sociales. Barquisimeto. Editorial Horizonte, C.A.
Ministerio de Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (2011). [Página Web en línea]. Disponible en http://www.mcti.gob.ve/ [Consulta. 2011, Marzo 21]
Ohmae, K. (2005). El próximo escenario global. Desafíos y oportunidades en un mundo sin fronteras. Bogotá. Editorial Norma.
Ryan, B. (2004). Metodología de la Investigación en Finanzas y Contabilidad. Barcelona. Ediciones Deusto.
Soros, G. (2009). El nuevo paradigma de los mercados financieros. Caracas. Epsilon Libros, C.A.
Toffler, A.  (2006). La revolución de la riqueza. Caracas. Editorial Random House Mondadori, S.A.

1 comentario:

  1. "Pero concluye como tragedia que las élites en Venezuela (entiéndase dirigentes y empresarios) carecen por igual de estas actitudes indispensables para la movilidad social...". Excelente.

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