viernes, 6 de enero de 2012

¿Medimos lo correcto?

El Producto Interno Bruto (PIB) es la suma de todos los bienes y servicios producidos por empresas nacionales y extranjeras dentro del territorio de un país o economía, para un determinado período de tiempo (trimestre, año). Este indicador no contabiliza los bienes o servicios que son fruto del trabajo informal (trabajo doméstico, intercambio entre conocidos, entre otros). De manera complementaria, se mide también el Producto Interno Bruto Per Cápita (llamado también renta per cápita o ingreso per cápita) el cual provee información sobre la riqueza material disponible y se calcula simplemente dividiendo el Producto Interno Bruto entre el número de habitantes del territorio en cuestión.
La crisis financiera mundial ha generado amplias discusiones sobre la validez de este indicador por excelencia, utilizado para generar información sobre el desarrollo de las naciones y el análisis comparativo entre sí. Ejemplos de ello es el Presidente de la República, Hugo Chavez Frías, quien el 20 de noviembre del 2009 declaró que le gustaría una forma más socialista para medir el PIB: “No podemos permitir que se sigan calculando el PIB con los métodos viejos del capitalismo”. Sus comentarios se produjeron después de la publicación de los datos que mostraban que el PIB de Venezuela cayó 4,5% en el tercer trimestre frente al mismo lapso del 2.008 (9,5% en el caso del PIB petrolero).
El 24 de septiembre del 2009, la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño y el Progreso Social, creada por el Presidente de Francia: Nicolás Sarkozy y liderada por el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, presentaron su informe después de dieciocho meses de trabajo. En él, quedan reflejadas las limitaciones del PIB como indicador de progreso social y económico, así como la necesidad de crear nuevos sistemas de medición y presentación de datos que reflejen mejor la realidad socioeconómica existente.
Al profundizar en el tema, encontramos un extraordinario artículo de Stiglitz, titulado “El fetichismo del PIB” de donde rescato textualmente algunos comentarios:
1.-) “Esforzarse por reavivar la economía mundial al mismo tiempo que se responde a la crisis climática global ha planteado un interrogante complejo: ¿las estadísticas nos están dando las “señales” correctas sobre qué hacer? En nuestro mundo orientado hacia el desempeño, las cuestiones de medición han cobrado mayor relevancia: lo que medimos afecta lo que hacemos.”
2.-) “El gran interrogante implica saber si el PIB ofrece una buena medición de los niveles de vida. En muchos casos las estadísticas sobre el PIB parecen sugerir que a la economía le está yendo mucho mejor que las propias percepciones de la mayoría de los ciudadanos. Es más, el foco en el PIB crea conflictos: a los líderes políticos se les dice que lo maximicen, pero los ciudadanos también exigen que se preste atención a mejorar la seguridad, a reducir la contaminación del aire, del agua, del ruido y demás: lo cual podría reducir el crecimiento del PIB.”
3.-) “Los mismos problemas de hacer comparaciones en el tiempo se aplican a las comparaciones entre países. Estados Unidos gasta más en atención sanitaria que cualquier otro país (tanto per cápita como en porcentaje de los ingresos), pero obtiene peores resultados. Parte de la diferencia del PIB per cápita en Estados Unidos y algunos países europeos puede ser, en consecuencia, el resultado en la manera en que medimos las cosas.”
4.-) “Entender esto arroja una nueva luz, no sólo sobre nuestras mediciones de desempeño, sino también sobre las inferencias que hacemos. Antes de la crisis, cuando el crecimiento de los Estados Unidos (utilizando mediciones estándar del PIB) parecía mucho más sólido que el de Europa, muchos europeos sostenían que Europa debía adoptar el capitalismo al estilo estadounidense. Por supuesto, todo aquel que hubiera querido, podría haber visto un creciente endeudamiento de los hogares norteamericanos, lo que habría permitido corregir la falsa impresión de éxito, ofrecida por la estadística del PIB.”
De lo expuesto pueden extraerse algunas reflexiones:
En pregrado, la cátedra de Planeamiento Estratégico me permitió entender la devoción que los norteamericanos tienen por las estadísticas. El zenit de la curva normal como el punto óptimo en la maximización de los recursos disponibles para el cumplimiento de la misión de la organización. Incluso una afirmación que cambió radicalmente mi manera de enfocar la gerencia: “No podemos mejorar aquello que no podemos medir”.
Sin embargo, los años van pasando, nuestra interpretación del entorno que nos rodea se expande, permitiéndonos construir nuevo conocimiento sobre los pilares fundamentales. Máxime cuando compartimos de tú a tú (medios de comunicación en línea y globalización de por medio) con pensadores de primera línea como el Sr. Stiglitz quien motivado por la actual crisis global nos aporta: “las cuestiones de medición han cobrado mayor relevancia, lo que medimos afecta lo que hacemos”.
Desde una perspectiva personal, teológica e historicista, Pablo ocupa un sitial de honor en cuanto a la alta gerencia. Sus palabras en 1 Corintios 9:26 destacan la necesidad de enfoque en todo lo que hacemos: “Así que yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea al aire”. El apóstol estaba absolutamente consciente que dedicar su vida, sus energías, su influencia, a actividades que no aportaban valor ni estaba en línea con el cumplimiento de su misión, era un evidente desperdicio de los talentos y dones que el Señor le había dado. Por eso, vale acotar que “no hay nada más fácil que estar ocupado, no hay nada más difícil que ser eficiente.”
¿De qué serviría haber medido los kilómetros recorridos por Pablo en sus peregrinajes? ¿De qué serviría poder conocer las peleas entabladas por él, medidas como los golpes lanzados al aire? Serían indicadores correctos en sus resultados pero inútiles en la información aportada. En 1 Corintios 9:27 Pablo remata: “sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”. Cuando el libro de los libros deje de emocionarme, sabré que estoy muerto espiritualmente.
Para poder avanzar en el campo eclesiástico debo dar respuesta al siguiente planteamiento: ¿Tienen razón Stiglitz, Sarkozy y Chavez en sus inquietudes sobre el PIB? Totalmente, pero como bien decía José González, Presidente del grupo de empresas Econoinvest, con quien tuve la oportunidad de intercambiar impresiones en su última visita a Barquisimeto: “Es el peor indicador que pueda utilizarse, excepto la alternativa”
¿Qué quiere decir esto?
En el estudio de campo para el trabajo de grado de la Maestría en Gerencia, mención Finanzas, versada en el campo de las microfinanzas, me inclinaba en la medición del desempeño social de aquellas personas que resultaban beneficiarias en la otorgación de créditos de este tipo. Hasta toparme con un artículo escrito por Marc Jacuand, Director del Programa del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización, titulado: “Midiendo el Desempeño Social: La prioridad equivocada” donde establece que:
“En teoría, muy pocos entre nosotros negarían el valor de recolectar la mayor cantidad posible de información, teniendo en cuenta el grado en el que una institución consigue su misión social. Sin embargo, como siempre, la dificultad está en los detalles. Para entender los numerosos desafíos de medir el desempeño social, es importante primero aclarar de qué estamos hablando. Las palabras “Desempeño Social” tienen diferentes significados según cada persona”
Por ejemplo: ¿Cuál es el impacto de las microfinanzas en la movilidad social de los beneficiarios? Para una institución microfinanciera que reflejara en su misión: “Dar a la gente las herramientas que necesitan para salir de la pobreza” el estudio implicaría hacer un seguimiento de los beneficiarios, por unos cinco años como mínimo para determinar si efectivamente abandonaron el estrato “E” o “D” al cual pertenecían para el momento de la recepción del crédito, con todas las complejidades de un estudio socioeconómico y casi antropológico, de este tipo. Y peor aún, si descubriéramos que las necesidades de la gente no son alcanzadas, ¿debería cerrarse el programa?
En vista de la complejidad de medir el desempeño social, es que la Comisión Internacional para la Medición del Desempeño y el Progreso Social, después de 18 meses de trabajo, sólo alcanza a establecer: “las limitaciones del PIB como indicador de progreso social y económico, así como la necesidad de crear nuevos sistemas de medición y presentación de datos que reflejen mejor la realidad socioeconómica existente.” ¿Donde está la propuesta generada? Volvemos a González: “Es el peor indicador que pueda utilizarse, excepto la alternativa”
A continuación, algunas conclusiones:  
A.-) Los indicadores de gestión juegan un papel fundamental en el análisis de brechas (la diferencia entre situación actual y el deber ser)
B.-) La crisis financiera mundial cuestiona el PIB y otros indicadores de gestión, como modelos que expliquen la nueva era económica que vivimos
C.-) Las alternativas propuestas vienen a ser más complejas y fácilmente manipulables por gobiernos o instituciones que desean reflejar una realidad acorde a sus intenciones
Sin embargo, se requiere la discusión, tanto de la pertinencia como de la complementariedad de los actuales indicadores de gestión, en pro de entender la realidad, de acuerdo a los modelos asumidos (nuevos o vigentes) y no, tratar de ajustar la realidad a la falsedad del modelo, como lamentablemente se han dado cuenta economistas, políticos y formadores de opinión, que no pudieron anticipar la actual crisis económica, con todas sus implicancias.
En el campo organizacional y en el ámbito de las herramientas gerenciales, sí la década de los ochenta perteneció a la Calidad Total y los noventa a la Reingeniería (Deming y Hammer & Champy, respectivamente), el mayor aporte en el actual decenio corresponde al Cuadro de Mando Integral de los investigadores Kaplan y Norton, quienes proponen desarrollar una matriz de indicadores de gestión, que provean información para la toma de decisiones, desde cuatro perspectivas diferentes: Formación y Crecimiento, Procesos Internos, del Cliente y Financiera.
El postulado tiene un basamento muy simple. Así como un conductor de automóvil tiene a su disposición indicadores de: kilometraje recorrido, kilómetros por hora, revoluciones de motor, presión de aceite, temperatura, nivel de combustible y otros más, los cuales le permiten a ciencia cierta, tener en breves instantes una panorámica del funcionamiento del vehículo, de la misma forma un gerente debe disponer de una batería de indicadores, que le permitan en cada proceso decisorio, contar con la información más actualizada y correcta posible.
Pienso que Kaplan y Norton inciden en la solución de la ecuación: Más que echar por tierra los indicadores utilizados hasta el momento, el Cuadro de Mando Integral propicia una validación microeconómica desde las cuatro perspectivas planteadas, permitiendo reflejar la misión de la organización en un mapa estratégico, fácilmente entendible por todos sus relacionados (gerentes de cuadros medios, empleados, proveedores, clientes, accionistas, gobierno, entre otros). Sabiendo que desarrollando los indicadores correctos, podremos incidir gerencialmente en los aspectos medidos, bien sea directa o tangencialmente. Por otra parte, busca la complementariedad de los actuales con otros indicadores, para tener una mejor panorámica tanto de la visión, como de los avances en el cumplimiento de la misión organizacional.
En cuanto al campo de la macroeconomía, aún se requieren brillantes economistas que postulen alternativas ante modelos ya agotados. Desde el Doctorado en Gerencia que curso en la actualidad, pretendo en tal sentido, aportar mi granito de arena.
Amanecerá y veremos…
Lcdo. Rafael Becerra M.Sc.   @becerrarafael

1 comentario:

  1. Soy un ignorante de las Finanzas, pero cómo aprendo con tus artículos!
    El artículo sobre el costo de oportunidad también excelente. Y los anteriores.
    Este blog se convertirá en referencia para muchos.
    Te felicito amigo.

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